Es tan espectacular, tan única, la historia futbolera de Diego Maradona que todos los datos de sus comienzos son tan curiosos como interesantes. Apareció en la Primera de Argentinos Juniors el 20 de octubre de 1976 cuando tenía 15 años y le faltaban 10 días para cumplir los 16. Juan Carlos Montes, el DT, lo puso unos minutos contra Talleres (allí quedó para la historia su famoso caño a Cabrera) en reemplazo de Rubén Giacovetti.
Fue titular luego contra Newell’s (24 de octubre) y contra Ferro (31) Y reemplazó a Olivera contra Huracán de Comodoro. Era el Nacional de ese año. Pero la verdadera historia empezó el 14 de noviembre cuando entrando en la segunda parte por Rubén Giordano le marcó dos goles seguidos a San Lorenzo de Mar del Plata, como visitante, a los 43 y 45 minutos. Su aparición fue fulminante.
Una semana antes de su debut en Argentinos (el 13 de octubre) la Selección Argentina de César Menotti, continuando con su larga preparación para el Mundial 78, enfrentó a Perú en cancha de Vélez. En el partido preliminar jugaron unos juveniles conducidos por Ernesto Duchini, quien estaba viendo y eligiendo posibles integrantes para la Selección Juvenil Sub 19. En ese partidos se destacaron ampliamente dos zurdos atrevidos, gambeteadores, habilidosísimos, haciendo una sociedad fantástica: Diego Maradona, un «cebollita» ya con ruido en los mundos infantiles y Sergio Luna, 15 y 17 años, respectivamente.
Fue tan explosivo su comienzo en los finales de ese año 1976, que en febrero de 1977, sorpresivamente, César Menotti lo hizo debutar en la Selección Mayor en un amistoso contra Hungría. Entró a los 20 minutos del segundo tiempo, por Luque, cuando el equipo ya ganaba 5 A 1, con tres goles de Bertoni y dos del propio Luque. Tenía 16 años. Y ahí comenzó a levantar su vuelo imparable. Pero seguía siendo un Juvenil.
Todo el trabajo de Ernesto Duchini en la búsqueda de talentos futboleros terminó en la formación de un equipo. Que con la supervisión de Menotti, la conducción de Rogelio Poncini, su ayudante, y el asesoramiento del propio Duchini comenzó los preparativos para la rueda clasificatoria de Venezuela para el Mundial de Túnez de 1977. Y aquí surge la nueva perla.
El 23 de marzo de 1977 se produjo el debut como titular de Diego Maradona en la Selección. Y uno de los detalles más curiosos fue que ocurrió en Chascomús, en el estadio de deportivo, ante un combinado que representaba a la Liga Chascomunense, pero que estaba formado por un selectivo del Nocturno, que había terminado recientemente y con Casa Halty como campeón. Dirigido por Domingo Lejona, ex futbolista de Gimnasia y Vélez que supo representar al país en los Juegos Olímpicos Roma 1960. Ese día, además, Diego usó la camiseta número 9, mientras que su compadre Luna llevó la 10.
Se cuenta que la delegación llegó temprano al predio del Deportivo y, como la puerta estaba cerrada, Diego saltó la reja para abrir desde adentro.
Ese equipo mostraba unas caras después conocidas como las de Hugo Alves (campeón mundial juvenil con Diego en 1979), Jorge Olarticoechea (campeón del Mundo en la epopeya de 1986, con Bilardo como técnico y Diego como estrella celestial), el Patón Bauza, Víctor Ramos y Sergio Guerrieri. Era el comienzo de una era fenomenal del fútbol argentino (dos Mundiales consecutivos a pesar del cruel contexto de la brutal dictadura que imperaba).
Mientras que Domingo Lejona convoco no solo a los mejores jugadores locales del momento como el Uruguayo Castiglioni, Miguel Acuña, Papelito Andersen, Carlos Cáfaro, Hugo González, Carlos y Julio Zaldúa, Rubén Echayre, Horacio Moja, Rubén Balcaza, Angelito González, Pulga Plaché y Milonga Inchausti, sino que también incluyó a algunos que estaban jugando fuera de ciudad, como el propio Loco Armendáriz (Gimnasia), el Chango Tristán (San Lorenzo de Mar del Plata), e incluso a jugadores forasteros que habían integrado equipos del nocturno como el arquero Mudo Casse (Gimnasia de La Plata) o un par de futbolistas de Cambaceres (el goleador Jiménez y el volante Pato Jesús).
Crónica del partido por diario “El Argentino”
En cuanto al partido, la crónica del diario El Argentino del 24 de marzo de 1977 señaló lo siguiente bajo el título “Mientras estuvieron los creadores la selección mostró aceptable nivel”:
“Gran cantidad de público sirvió de marca anoche al presentación del equipo juvenil de AFA frente a un combinado local armado por Lejona en base a los más destacados valores del último nocturno.
El cotejo presentó características disímiles en los dos períodos. El primero, en el que el equipo nacional mostró todas sus figuras transcurrió en tono absolutamente movedizo, donde Luna, Delgado, Gurrieri y Maradona demostraron parte de su efectividad, habilidad y sus innatas condiciones de futbolistas dotados.
El chacaritense Delgado fue quien anotó el primer gol para los nacionales cuando se llevaban jugados 19 minutos, empatando a los 28 Angel González en una jugada donde la extrema defensa argentina mostró sus falencias.
Gurrieri, ante una brillante jugada de Maradona y una pelota que Luna bajó de cabeza, quedó solo ante Jiménez poniendo en ventaja nuevamente a la selección, pero enseguida Tristán estableció el empate.
El velezano Luna tras confusa situación puso el tres a dos cuando el primer tiempo moría y acá se acabó el fútbol.
Grandes variantes en los dos conjuntos para los segundos 45 minutos (entre ellos Maradona) debilitaron ambas formaciones traduciéndose la etapa en un simple juego de forcejeos donde privaron los mediocampistas locales, pero sin existir casi riesgo para los arcos”.
El Argentino destacó la buena actuación del puntero Horacio Moja -fue imparable para su marcador, el riverplatense Romero- y del volante Carlitos Zaldúa.
También el diario chascomunense reflejó declaraciones de Maradona, en las que señaló que su reciente inclusión en el equipo nacional de mayores ante Hungría “eran la alegría más grande de mi vida”.
Respecto al seleccionado juvenil que le tocaba integrar, Maradona lo calificó de “equipazo” y señaló que su mayor objetivo era a través del Sudamericano que se jugaría unos meses después en Venezuela, clasificar al Mundial de Túnez -al que el equipo nacional no clasificó increíblemente, aunque dos años después, en 1979, Argentina, con Diego en una gran sociedad con Ramón Díaz, sería campeón mundial en Japón- y después soñar con ser parte del plantel argentino para el Mundial 78, algo que tampoco pudo ser para EL 10.