Empoderarse» con información para cuidar la salud y para prevenir complicaciones es una de las principales recomendaciones de médicos/as especialistas en diabetes para las personas que viven con esta enfermedad crónica, que «está en aumento» debido al sedentarismo y los malos hábitos alimentarios y, en el mundo, afecta a más de 500 millones de personas, según la Federación Internacional de la Diabetes (FID).
«La persona con diabetes convive con su enfermedad los 365 días del año y es importante que aprenda a cuidar su salud y se empodere, porque el conocimiento le sirve para tomar decisiones sobre cómo resolver las distintas problemáticas que se le presenten», dijo a Télam la médica presidenta de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD), Silvia Gorbán de Lapertosa, en el marco del Día Mundial que se celebra este lunes bajo el lema «Educar para proteger el futuro».
En el mismo sentido, el médico jefe de la división de Diabetología del Hospital de Clínicas, Félix Puchulu, resaltó que «la persona puede vivir toda su vida con diabetes y tiene que acostumbrarse a hacer una vida ordenada: no saltearse comidas, hacer ejercicio físico y seleccionar el tipo y la cantidad de alimento».
Qué es la diabetes
La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad crónica que ocurre cuando el cuerpo se vuelve resistente a la hormona producida por el páncreas, insulina, o no la produce de manera suficiente, lo que conduce a niveles elevados de glucosa en la sangre (hiperglucemia).
La insulina cumple la función de permitir que la glucosa ingrese a diferentes células lo que es fundamental para obtener energía.
Hay diferentes tipos de diabetes, entre ellas, la tipo 1 o «insulinodependiente» de origen autoinmune, que no puede prevenirse y se da en un 10% de los casos: se genera cuando el páncreas no produce la insulina necesaria para el cuerpo.
Por otro lado, la diabetes tipo 2 es la más frecuente, se da en un 90% de los casos, y se debe a la insuficiente producción de insulina que actúa de forma incorrecta en el organismo. Se produce comúnmente en personas con sobrepeso, malos hábitos alimentarios y sedentarismo, y «se puede prevenir», destacaron los profesionales.
El primer tipo es más común en edades juveniles puede darse en personas adultas, y el segundo se produce principalmente después de los 40 años, «pero también están apareciendo niños/as en edad escolar con este tipo de diabetes», detalló Puchulu.
El testimonio de una paciente
Florencia Sosa (37) fue diagnosticada con diabetes tipo 1 hace 12 años de forma repentina, sin factores de riesgo, ni señales de alerta temprana cuando tenía 24 y hacía pocos meses había terminado de cursar su última materia como diseñadora de imagen y sonido en la UBA.
«Me di cuenta que hay muchos estereotipos en la sociedad, como que ‘si tenés diabetes, no comés azúcar, y listo’ o ‘te conectás a la bomba de insulina y hace el trabajo por vos’. Y ¡no! hay un trabajo muy consciente que la persona con diabetes tiene que hacer todos los días del año, las 24 horas, sin vacaciones: hay que aprender a medirse, entender cuáles son los síntomas de hiper o hipoglucemia para tomar decisiones, porque no se trata solo de no consumir azúcar, los hidratos de carbono también afectan a la glucemia», comenzó contando a Télam Florencia que vive en el barrio porteño de San Telmo.
Los síntomas pueden variar la intensidad según la persona y el tipo de diabetes. En la diabetes tipo 1 aparecen de forma repentina y no son prevenibles; y en la tipo 2 aparecen de forma gradual (ver recuadro).
El primer síntoma que presentó Florencia fue una sed «inexplicable, extraterrestre», para la cual no había agua o líquido que alcanzara, describió.
Esto le desencadenó rápidamente otros síntomas como la necesidad constante de orinar, insomnio, cansancio, calambres, muchas ganas de comer y a su vez una significativa disminución de peso en pocos días.
«Un desbalance grande en poco tiempo», resumió, que la tomó por sorpresa porque realizaba controles médicos periódicamente y presentaba buen estado de salud.
En la actualidad, Florencia utiliza el tratamiento de la «bomba» de insulina -o infusor- conectada a su cuerpo «todo el tiempo» junto a un sensor continuo de glucemia que hace una medición cada cinco minutos y calcula qué cantidad de insulina requiere su cuerpo según la medición en sangre.
Para la cineasta, el infusor es «una gran herramienta» que ya tiene incorporada a su cuerpo. Al principio, también se trató con lapiceras de insulina -el tratamiento más común para personas con diabetes tipo 1-, y para ella empezar por eso fue «un proceso de aprendizaje importante».
Al conocer su diagnóstico en 2010, su vida «cambió para siempre» y hoy no se imagina sin diabetes.
«En ese momento no estaban masificadas las redes sociales como ahora y me sentía un poco extraterrestre al no conocer a otras personas que estaban pasando por lo mismo. De a poco entendí que cada persona lo asimila de distintas maneras», recordó.
Los números de la diabetes en el mundo
Según la Federación Internacional de Diabetes (FID), en el mundo hay 537 millones de personas con la enfermedad y se estima que para 2030, el número ascenderá a 643.
En la Argentina, el 12,7% de la población mayor de 18 años (alrededor de 4 millones personas), presentó glucemia elevada o diabetes; y cerca de la mitad de las personas con la enfermedad desconocen su condición, según la 4º Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) publicada en 2019.
Con las herramientas de su formación como cineasta, Florencia se convirtió también en una divulgadora sobre el tema que comparte a personas con o sin diabetes cómo es vivir con esta enfermedad crónica y la importancia de «empoderarse».
«Empoderarse y educarse te enseña que si vos empezás a conocer cómo funciona tu cuerpo y cómo reacciona al tratamiento y a la insulina, cómo es la mejor forma de combinar los alimentos. Te das cuenta que quizás no son tantos los cambios que hay que hacer sino que todas las personas deberían tener una alimentación equilibrada. Pasaron 12 años y sigo aprendiendo para cuidarme», destacó la joven, quien entre otras iniciativas personales participó como disertante en Diabetes Experience Day, una jornada de charlas sobre el tema disponible en https://n9.cl/dll22.
Si bien la diabetes aún no tiene cura, se puede moderar con el tratamiento médico adecuado y hábitos saludables, que «mejoran notablemente» la calidad de vida de quienes transitan la enfermedad, coinciden los expertos.
Sin control médico y tratamiento puede dar lugar a complicaciones asociadas como enfermedad cardiovascular, lesiones del pie, falla o insuficiencia renal, o trastornos de la vista.