¿En dónde quedó la amenaza de recesión que en diciembre le quitaba el sueño a Kristalina Georgieva? Después del brindis de Año Nuevo no se la vio más. Enero develó ya sus principales misterios y la realidad se movió a contrapelo de las proyecciones del FMI, el Banco Mundial y el consenso. Y no es la primera vez que ocurre. Cuando se atraviesa terra incógnita hay que estar preparado para afrontar lo no previsto. Créase o no, la firmeza rotunda es el sello distintivo en 2023. Y vale para la economía, la inflación y la Fed. ¿Quién lo hubiera dicho tras un aumento de tasas de 0,25% a 4,75% en menos de un año? La pregunta del millón es quién pestañeará primero. No hay margen para los bríos recientes de los tres sin provocar una colisión más temprano que tarde.

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