Una enorme mayoría de argentinos considera que la situación económica actual es negativa. La alta inflación, los ingresos que no alcanzan, los vaivenes del dólar, el aumento de la pobreza y la incertidumbre por lo que pueda suceder a corto plazo marcan el humor social. Así lo refleja el último sondeo nacional de la consultora Analogías, con 2650 casos, el cual incluye un capítulo especial dedicado a conocer las opiniones sobre qué debe hacer el próximo gobierno para superar los problemas.

Para el 81,6 por ciento de las personas encuestadas, la economía marcha mal. La cifra se estira arriba del 90 por ciento entre quienes se declaran votantes de Juntos por el Cambio (92,8 por ciento), de «la derecha» (92,5 por ciento, con Javier Milei como principal exponente) y quienes aseguran que votarán en blanco (93,8). Entre los entrevistados que se identifican con el Frente de Todos, también son mayoría los que tienen una percepción negativa, aunque en un rango menor, con 56 por ciento de las opiniones, en tanto el 41,6 asegura que pese a todo la situación es positiva. Para los votantes del Frente de Izquierda (FIT), el 82,9 por ciento responde que es negativa.

Frente a esa interpretación dominante, las preguntas que formula el estudio de opinión pública sobre la aplicación de diferentes políticas para encarrilar la economía revelan que la mayoría rechaza la salida ortodoxa de devaluación, tarifazos y ajuste, lo mismo que el acuerdo en curso con el Fondo Monetario Internacional.

Una primera conclusión de esos resultados es que el oficialismo tiene terreno por ganar si encuentra un candidato o una candidata que encarne una oposición firme a esas medidas y deje en evidencia que son las propuestas principales de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza. Como se verá más abajo, en la izquierda las opiniones de los votantes están divididas.

Devaluación

«Cree usted que es necesario hacer primero una gran devaluación para estabilizar la economía y los precios«, pregunta Analogías en el trabajo que acaba de presentar. El 39,9 por ciento afirma que no, contra un 28,8 por ciento que apoya esa opción y un 31,8 por ciento que dice que no sabe.

Incluso entre los votantes de Juntos por el Cambio hay más resistencias que acompañamiento a la idea de que el próximo gobierno produzca un fuerte salto cambiario. La experiencia de lo ocurrido en la gestión de Mauricio Macri, que empezó justamente con una devaluación, un túnel oscuro, según la descripción que hacía por entonces la vicepresidenta Gabriela Michetti, parece haber dejado huella de lo negativo que resulta esa alternativa para los bolsillos populares. El 35,4 por ciento de los encuestados de ese espacio descartan volver a entrar en el túnel, contra el 32,9 por ciento que de todos modos evalúa que la suba del dólar es necesaria. El 31,6 por ciento indica que no sabe.

Más contundente es la impugnación a la devaluación entre los votantes del Frente de Todos, con 64,6 por ciento contra 19,8 por ciento a favor. El Gobierno sintoniza con esa postura al intentar evitar una dura corrección cambiaria desde hace meses, aunque las dificultades, que ya eran muchas, se agigantaron por la sequía histórica y su impacto sobre las exportaciones, estimado en unos 20 mil millones de dólares este año.

La respuesta de los votantes del FIT y los de Milei es casi calcada. Tanto a izquierda como a derecha son mayoría quienes se declaran a favor de una gran devaluación, con 34,1 y 34,9 por ciento, respectivamente. Otro tercio se opone, con 32,9 y 32,1 por ciento, y un tercer tercio no tiene opinión formada, con 33,0 y 33,1 por ciento.

Tarifazo

«Cree usted que es necesario primero subir las tarifas de los servicios públicos y la energía para después estabilizar la economía», se pregunta también en la encuesta. En este caso, el rechazo es generalizado, con 57,8 por ciento. El 21,2 por ciento contesta que sí hay que hacer un tarifazo y el 21,0 por ciento no se define.

El FMI presiona por una reducción de los subsidios a los consumos de electricidad, gas, agua y transporte cada vez más extendida. Es una de las vías principales que visualiza el organismo para achicar el gasto público y bajar el déficit fiscal. Dirigentes y economistas de Juntos por el Cambio sostienen lo mismo, con el antecedente de tarifazos de entre 3500 y 4500 por ciento en gas y luz durante la gestión de 2015-2019.

El Gobierno mantuvo congeladas las tarifas durante la pandemia y luego aplicó subas graduales, por debajo de la inflación general. Ahora sostiene la segmentación, aunque está por definir el cierre del registro de postulantes a los subsidios ante el reclamo del Fondo Monetario.

El 77,6 por ciento de los votantes del oficialismo, el 66,7 del FIT, el 53,9 de Milei y el 42,3 de Juntos por el Cambio se oponen a fuertes aumentos de servicios públicos. En cambio, lo aceptan el 8,2 por ciento en el Fdt, el 23,1 en el FIT, el 35,1 en JxC y el 28,7 en LLA.

No al FMI, sí al gradualismo

¿A un año del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional como cree usted que fueron sus resultados para la economía argentina?, es otra de las consultas del relevamiento. También son mayoría quienes las consideran negativas, con 61,9 por ciento. Solo el 22,7 estima que fueron positivas.

El punto es central porque resulta cada vez más evidente que el gobierno deberá conseguir este año que el FMI modifique el cronograma de vencimientos para no tener que pagar 3200 millones de dólares en términos netos -diferencia entre los desembolsos previstos por el organismo a la Argentina y los pagos comprometidos por el país-. En un escenario de escasez de divisas agudo, esa reestructuración es vital.

En la segmentación por votantes, es curioso que quienes son más críticos del acuerdo vigente con el Fondo son los votantes de Milei (72,9 por ciento), seguidos por los del FIT (61,6), Juntos por el Cambio (58,6) y el Frente de Todos (55,6). En este último caso, el 35,6 por ciento de los adherentes al oficialismo entienden que el acuerdo con el FMI fue positivo.

Por último, Analogías también preguntó «cómo cree usted que debe ser el programa económico que aplique el próximo Gobierno». En este caso, se impuso el gradualismo, con 39,5 por ciento. «El programa debe ser moderado y paulatino», fue la respuesta ganadora en el FdT (58,1 por ciento) y en JxC (44,0). En cambio, dijeron que debe ser «de shock extremo» la mayoría en el FIT (37,5 por ciento) y en LLA (46,8), aunque el interrogante no aclara cuál sería el shock a aplicar.

«Es interesante que en este bloque temático de preguntas las respuestas de los que no saben a quién van a votar son más bien parecidas al promedio de la muestra y/o al FdT, por lo que en principio el peronismo tiene un campo para trabajar allí«, analiza Analogías a modo conclusión de las distintas consultas.

Ni devaluación, ni tarifazos, ni FMI son conceptos instalados en la ciudadanía. Para el oficialismo, el desafío es capitalizarlo políticamente y transformar esos preceptos en votos en las urnas.

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