«No cambiar las reglas electorales en un año electoral es un valor de Juntos por el Cambio. La mayoría del PRO está en desacuerdo: hacerlo sería ir en contra de lo que hemos hecho», escribió el domingo Mauricio Macri en sus redes sociales para hacer público el rechazo a la decisión tomada por el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, de llamar a elecciones concurrentes en la Ciudad de Buenos Aires. Más allá de los valores reclamados por el expresidente, un repaso sobre la convocatoria a las elecciones porteñas en 2015 y 2019 muestran que cada año electoral los debates se repiten: encuestas, aliados, delfines, estrategias y tácticas para obtener resultados en las urnas.
2015: Boleta Electrónica y elecciones desdobladas
En noviembre de 2014, en la previa del año electoral que lo llevaría a la presidencia, Macri autoelogiaba el sistema de voto electrónico –que días antes de las elecciones mostraría su vulnerabilidad— que la Ciudad había acogido pero no se decidía si usarlo en elecciones desdobladas de las nacionales o si optar por la tradicional lista sábana de papel con sufragios unificados que empujaran su candidatura presidencial con el resultado asegurado en el bastión PRO.
Desde la oposición le reclamaban que deje de especular y que avance con elecciones desdobladas, como lo indicaba la Constitución porteña. La definición no fue por la legalidad sino por la interna del PRO. Macri quería llevar como candidata a vicepresidenta a Gabriela Michetti –algo que finalmente ocurriría–, pero la entonces senadora nacional estaba decidida a ir a elecciones internas por la candidatura a jefatura de Gabinete con el entonces vicejefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta, quien en aquellos años era el delfín de Macri para la Ciudad.
En enero de 2015, Macri no pudo cambiar la decisión de Michetti en una reunión en el hotel Four Seasons y le habilitó su carrera por gobernar la Ciudad. «Para eso implementamos las PASO. La ciudad no las tenía y las votamos para tener un mecanismo transparente de elección», dijo Macri tras no poder convencer a Michetti.
Las primeras PASO porteñas ocurrieron así el 26 de abril de 2015 y Larreta se impuso en la interna. En paralelo, Macri había alentado la interna del radicalismo, bajo el sello ECO; entre Martín Lousteau y Graciela Ocaña. De esa PASO, Lousteau salió ganador y se transformó en una pesadilla para el PRO y para el sueño presidencial del ex presidente de Boca Juniors.
Larreta y Lousteau llegaron a definir la jefatura de gobierno en ballotage el 19 de julio, cuando Larreta obtuvo el 51,6 por ciento de los votos y por escaso margen extendió la hegemonía PRO. “No me hubiese sentido con autoridad”, dijo Macri sobre su candidatura presidencial, días después de la victoria de su entonces vicejefe porteño y elegido para sucederlo. Con la victoria en la Ciudad asegurada, Mauricio continúo con su carrera presidencial y en noviembre de 2015, también ganó en segunda vuelta por escaso margen para llevar a la flamante alianza de derecha a la Casa Rosada.
Visto en perspectiva, el debate sobre las casi confirmadas elecciones concurrentes en la Ciudad para este 2023 parecen favorecer a Martín Lousteau, quien hace 8 años casi le arrebata su carrera política a Larreta. La lectura que se hace por estos días es que la elección concurrente favorece a Lousteau, porque los porteños deberán elegir al futuro jefe de gobierno porteño despegado de las lista nacional, lo que favorecería al candidato radical frente al candidato del PRO exigido por el ex presidente, su primo Jorge Macri.
2019: la reeleción de Macri por encima de todo
En 2019, cuando Macri buscaba su reelección presidencial, el debate en la ciudad tenía la misma lectura para el búnker de Lousteau. El bloque de su fuerza ECO, en la Legislatura porteña, votó en contra de la modificación del Código Electoral porteño. Esa modificación, acompañada por el flamante Frente de Todos, le dio el poder a Larreta de decidir la fecha de las elecciones porteñas, incluso unificarlas con el cronograma electoral nacional.
Aquel año, con la lectura de que favorecía la reeleción presidencial de Macri, Larreta unificó las elecciones porteñas con las nacionales. Lousteau, entonces, decidió bajar su candidatura a jefe de gobierno porteño y allanó el camino para la reelección de Larreta, mientras que él se aseguró el lugar de primer candidato a senador por Juntos por el Cambio.
Larreta fue reelecto con el 55 por ciento de los votos en la Ciudad, pero aquel 28 de octubre de 2019, pesa a la unificación de las elecciones, fue el único que sonrió. A nivel nacional, Macri fue derrotado por Alberto Fernández y se despedía de la Casa Rosada. En Buenos Aires, Axel Kicillof arrasó con un 52,2 por ciento, sobre un 38,5 de María Eugenia Vidal.