Cerca del mediodía del martes, cuando arreciaba la corrida cambiaria y el dólar Blue ya rozaba los 420 pesos (terminó en 418), los dos gobernadores electos de Neuquén y Río Negro, Rolando «Rolo» Figueroa y Alberto Weretilneck, se reunieron con el ministro de Economía, Sergio Massa, en Hacienda y le preguntaron cómo veía el escenario y el ruido en el mercado. La respuesta remitió a la idea fija de Massa de que desde la Casa Rosada llegó uno de los dardos que redundó en la disparada del dólar ilegal. En este caso, el ruido surgió de la idea de que Massa dejaría el cargo en Hacienda. Eso hizo que los privados frenaran todo desembolso de divisas y que se sacudiera, naturalmente, la plaza ante lo que suponía una hipotética salida de un ministro emblema.
El resto de la corrida fue causado por charlas de los economistas de Juntos por el Cambio con agentes del mercado, en las que agitaron que se venía una devaluación. Y palabras en esa línea de dirigentes opositores en el Foro Empresario Llao Llao en Bariloche. Asimismo, impactó el freno en las ventas de los productores de soja que al ver el alza del Blue, apostaron a la caída del ministro y frenaron liquidaciones del dólar agro esperando mayores ganancias ante una posible devaluación. Todo en un contexto de extrema debilidad de un Gobierno que busca dólares e intenta la estabilización política del espacio oficialista en la previa a las PASO. En síntesis, una corrida política generada por el fuego amigo y por el oportunismo opositor.
El final de la novela del «off»
La corrida cambiaria ya venía carreteando cuando el Blue saltó a 408 pesos, pero el fuego amigo la incrementó en volumen. El martes por la tarde, la portavoz presidencial desmintió al autor de este artículo sobre que el rumor del reemplazo de Massa por Aracre había salido de Rosada. «Desconozco cuáles serían las altísimas fuentes porque no es ninguno de los altísimos funcionarios a los que consulté. Pero en la Casa Rosada ni filtramos ni desmentimos inventos periodísticos. Más allá de la novela que algunos medios crean», escribió Gabriela Cerruti, la vocera, en su cuenta de Twitter cerca de las 15 horas. Unas dos horas más tarde, el jefe de Asesores de la Presidencia, Antonio Aracre, fue despedido por Alberto Fernández.
También desde Twitter, el ex ceo Syngenta aseguró que «a raíz de los rumores que circularon desde anoche y a los efectos de desactivar cualquier operación tendiente a intranquilizar los mercados le he presentado mi renuncia indeclinable» al Presidente. La crónica de Palacio afirma que Fernández comió el lunes con Aracre, quien le acercó una especie de plan para salir de la crisis económica. A priori, el Presidente le pidió que hablara del tema con Massa, con quien ya había tenido un choque por filtraciones de off the record asegurando que Economía quería un desdoblamiento cambiario.
Finalmente, la charla con Massa no ocurrió pero sí el trascendido de que el ministro saldría del cargo y sería reemplazado por el propio Aracre. El martes por la tarde, Aracre le explicó que él no fue el filtrador pero el mensaje no convenció a Alberto, que lo terminó despidiendo. «Gracias querido amigo Antonio Aracre por tu valiosa participación en nuestro Gobierno. Sé que ambos soñamos con un país más justo y seguiremos trabajando para conseguirlo», escribió, a modo de mensaje final, Fernández en su cuenta de Twitter.
Ya venía la relación mal parida con el ex Syngenta no sólo por las filtraciones y el juego en redes sociales. Por fuera de este tema, cayó muy mal en el entorno de Massa, el Presidente y hasta la vice, Cristina Kirchner, la ponderación que hizo Aracre de las ideas de la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Lo curioso es que Massa nunca pensó en irse, según su entorno. Adelantaron a este medio desde su círculo íntimo, de hecho, que ya encargó a su jefe de Gabinete, Leonardo Madcur y al viceministro Gabriel Rubinstein para que en las próximas dos semanas cierren con el Fondo Monetario (FMI) un replanteamiento del acuerdo. Este punto para Massa es central en el proceso de estabilización.
El macrismo aprovechó el río revuelto
Mientras tanto, en la mañana del martes y durante todo el lunes, hubo doble lobby opositor para forzar una devaluación, condimentado con las presiones que este diario contó, en su edición del domingo, de parte de los productores de soja que están parando ventas del dólar agro para pulsear una devaluación.
En las últimas horas, todos los economistas de Juntos el Cambio mantuvieron charlas con agentes del mercado adelantando el siguiente diagnóstico, contado a Página I12 por los propios operadores: «Sergio está sin dólares, va a devaluar porque no le queda otra», fue el mensaje que deslizaron. Sin tanto eufemismo, la titular del PRO, Patricia Bullrich, le pegó duro a Massa en la reunión del Foro de Llao Llao y adelantó una crisisn de magnitudes. El evento en Bariloche, que organizaron Eduardo Elsztain, dueño de IRSA y Marcos Galperín, de Mercado Libre, fue casi el escenario ideal para institucionalizar ese lobby.
El sacudón de las operaciones cruzadas paralizó además a los agroexportadores. El lunes, al mismo precio que tenía el martes, el sector les compró a los sojeros 110 mil toneladas para transformar en aceite y harinas y exportar. El martes, las operaciones fueron cero. Eso se sumó a que buena parte del agro, sobre todo los autoconvocados vinculados a Juntos por el Cambio y la Mesa de Enlace, pulsean por un dólar agro 350 pesos en lugar de los 300 que se ofrecen hoy.
Así las cosas, la expectativa en Economía es que el miércoles el escenario se despeje corrido el ruido interno y externo. Habrá que ver cómo se comportarán los mercados, en estados alterados, el día después de la corrida que, por el momento, parece haberle dado un cierre forzado al fuego interno.