La alianza entre JxC con el Partido Judicial no está inscripta en ningún registro electoral del país, pero ya podría decirse que es un frente nacional con el que pretenden gobernar a costa de desplazar no sólo de la presidencia sino también de las gobernaciones. Es lo que se está pretendiendo que suceda. Con ese objetivo buscan perturbar e influenciar en el proceso de elecciones de autoridades políticas. En esa línea frenaron las elecciones en Tucumán, lo hicieron a medias en San Juan y ahora van por Formosa, mientras en lista de espera se encuentran Catamarca y, como frutilla de postre, Santa Cruz. Los jinetes de este supuesto apocalipsis antiperonista son los supremos Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti. Por ahora los resultados obtenidos son magros porque no le infringieron derrotas a los peronismos locales. Pero eso no los amilana ya que esa perturbación genera incertidumbre tanto a nivel provincial como nacional para intervenir o complicar el resultado final de los comicios. Hasta ahora, ningún dirigente de estos peronismos locales se atrevió a desconocer las resoluciones de la Corte.

Los gobernadores peronistas de las provincias afectadas repiten que lo que se está afectando, e incluso intentando destruir, es el federalismo que garantiza la propia Constitución Nacional. Bien podría decirse que lo viene sucediendo y se está extendiendo es una sucesión de golpes blandos en las provincias donde –desde hace años– gobierna el FdT o el peronismo. Eso está más que claro, porque JxC no expresó «objeciones» constitucionales en CABA, Jujuy, Mendoza y Corrientes, que es donde gobierna esta coalición. Tampoco en Córdoba, donde tiene muchos y buenos socios.

Tucumán

Una cautelar obligó a Juan Manzur a salirse de la fórmula donde el actual gobernador tucumano buscaba ser el compañero de fórmula de Osvaldo Jaldo en lo que era una enroque con el que el equilibrio de fuerzas internas del peronismo local se mantenía sin inclinarse para ningún lado.

El «renunciamiento» llevó a los supremos a declarar abstracta la cautelar y Manzur rápidamente convocó a elecciones para el 11 de junio próximo. Germán Alfaro, intendente de la capital tucumana y candidato a vice de la versión local de JxC recurrió, otra vez, a la Corte para frenar esa decisión y postergar los comicios hasta agosto. La idea es que coincida o se acerque a las PASO nacionales donde, confía, JxC se impondrá y por efecto arrastre ganará en Tucumán.

Manzur y Jaldo aspiran a que en esta oportunidad los conductores del Partido Judicial no hagan lugar al pedido de Alfaro. Las elecciones a gobernador del 9 de junio de 2019 juegan como un antecedente favorable. Esto no disminuye la incertidumbre y la maniobra de Alfaro hasta puede jugarle en contra porque mantener la indefinición puede generar un hartazgo en general pero también en sectores de la población que lo respaldan y que ante esta incertidumbre extendida en el tiempo migrarían hacia la oferta local de Milei, el bussismo.

El injerencismo de la Corte afecta también la vida interna del PJ local. Al no estar Manzur en la fórmula le permite a Jaldo esperar con cierta tranquilidad el momento de los comicios para luego desplazar a Manzur de los lugares de decisión. Seguro de ganar, considera que la maniobra de la Corte en el fondo beneficia al peronismo porque reactiva la energía que necesita una fuerza política para enfrentar unos comicios. «Despertaron al elefante», dijo Jaldo y aseguró que van a triunfar. Es posible, siempre y cuando la fecha de los comicios no la digite la Corte y la convoque para el lejano agosto.

Curiosamente, Manzur y Alfaro tienen algo en común. Ambos se juegan la conducción política de sus fuerzas. El actual gobernador sabe que su poder se debilita al salir de la fórmula del FdT local. Por su lado, Alfaro, que tuvo que ceder su pretensión de ser el candidato a gobernador a manos del parco diputado Roberto Sánchez, está gozando de un reverdecer de su liderazgo porque es la cara visible del ataque institucional junto a la Corte. Un mal resultado electoral lo mandará al ostracismo y mucho más si su esposa, la senadora Beatriz Avila, es derrotada en la pelea por la intendencia de la capital tucumana.

San Juan

Sergio Uñac, el candidato que por ahora no fue, navega como su colega tucumano en un mar de incertidumbre. Aspira a que el martes los supremos digan si lo habilitan o no a competir por un nuevo mandato. Lleva siempre una copia del artículo 175 de la Carta Magna local donde dice que el gobernador y vice pueden ser reelegidos consecutivamente hasta dos veces. Esta sería su re-re, afirma.

De todas formas, Uñac ya les confió a los suyos que la Corte lo va a dejar «out». En ese sentido tiene casi listo el Plan B. Su reemplazo será su candidato a vicegobernador, Cristian Andino. El apellido Uñac estará en la fórmula a través del hermano Rubén que hasta el 10 de diciembre es senador nacional. Sus colaboradores sostienen que el hermano no encabeza la fórmula porque «el gobernador no quieren que digan que digita la fórmula». También dicen que Andino había avisado que si Uñac no encabezaba la fórmula él no aceptaba ser vice de otro.

Algo de razón hay. Los propios colaboradores de Uñac reconocen en Andino mayor competitividad. No sólo ganó el municipio que hoy conduce, San Martín, sino que se quedó con todas las bancas del Concejo Deliberante.

Mientras llega la definición, Uñac piensa en la nueva fecha de elecciones. Se entusiasma con junio. Los suyos consideran que la definición del caso Tucumán ayudará resolver este punto aunque la oposición sanjuanina, como la tucumana, reclama que la nueva fecha sea agosto, junto o cerca de las PASO. De hecho, no se descarta que JxC de San Juan también reclame que la Corte le ayude con la fecha de esas elecciones.

Formosa

La oposición al gobernador peronista Gildo Insfrán apuesta todas sus fichas al trío de la Corte. No les importa lo claro que sea el artículo 132 de la Constitución local sobre la posibilidad indefinida de reelegir a un gobernador. Lo que pretenden es que Insfrán no sea candidato en los comicios previstos para el 25 de junio. Lo dicen sin tapujos, como afirmó el diputado provincial por la UCR, Juan Carlos Amarilla al sostener que «una cosa es con Gildo y otra cosa es sin Gildo» en la elección. Para eso necesitan que los supremos le impidan al gobernador estampar su nombre en la boleta electoral. «La Corte puede decir muchas cosas pero entiendo que va a poner fin a la reelección indefinida», afirmó Amarilla como si conociera el fallo por anticipado.

Si la Corte inhabilita a Insfrán, la oposición ya tiene decidido impugnar a los intendentes del FdT que buscan la reelección. Estos afirman que la cautelar los abarcaría generando una mayor complicación.

En tanto, Insfrán ordenó a la titular de la Fiscalía de Estado, Stella Maris Zabala, que realice una presentación ante la Corte a pesar de que no le corrieron traslado sobre la presentación que hizo la oposición ante el máximo tribunal: «Entendemos que con el pretexto de ir con un análisis de constitucionalidad del artículo 132 lo que se está haciendo es intentar meter a la Corte en una contienda electoral», indicó Zabala.

En tanto, Insfrán se aferra a la Constitución Nacional: «dice que somos republicanos y federales. Si el Alto Tribunal hiciera lo que quieren los pedigüeños de la oposición, estaría acabando con el federalismo. Cada cuatro años, los formoseños deciden si seguimos o no».  La pelea contra la Corte y la oposición está abierta.

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