«Están todos tironeando y mostrando poder de fuego». Así analizan miembros del Frente de Todos el momento actual que transita la coalición de cara al cierre de listas. La incertidumbre es lo que reina en todos los despachos oficialistas en la previa del acto del jueves en Plaza de Mayo en el que hablará la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. «La moneda está en el aire», repiten. Desde el kirchnerismo y el massismo están trabajando en tándem con la idea de que haya un candidato de unidad. En la otra vereda están el presidente Alberto Fernández y su entorno, que siguen insistiendo con que haya primarias. «El único capital político que le queda al Presidente es que se hagan unas PASO amplias y decir que torció el dedo de CFK», dicen algunos críticos de los movimientos de Fernández y su entorno, a quienes acusan de «embarrar la cancha».
La tarde del martes Fernández estuvo con el presidente del Congreso del PJ, Gildo Insfrán, el encargado de firmar las alianzas electorales del oficialismo. «Estuvo por el tema de las alianzas y para la organización de las PASO«, insistían cerca del mandatario. El día anterior, el gobernador de Formosa mantuvo diálogos telefónicos con la Vicepresidenta y estaría actuando de mediador en un momento complejo, en el que el diálogo entre Presidente y Vice sigue cortado.
El ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, mientras tanto, sigue trabajando «sin promesas» de CFK y a la espera de definiciones. Este martes mantuvo un encuentro con directivos y gerentes del sector petrolero, a quienes les dijo: «Cuenten con una generación que tiene el compromiso de dejar una Argentina mejor de la que encontró«. El día anterior, De Pedro había sido el protagonista, junto con Máximo Kirchner, de una foto con intendentes de la primera y tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires. En ese encuentro fue llamativa la ausencia del gobernador Axel Kicillof. El lunes hubo un movimiento por parte del entorno de Kicillof —su jefe de asesores compartió en las redes carteles de «Axel gobernador 2023″— que no cayó bien a quienes creen que la mejor opción sería que el gobernador sea el candidato a Presidente del peronismo y De Pedro el candidato a gobernador. Máximo Kirchner es uno de los que abonaría a esa teoría.
Los que consideran que el candidato a Presidente debe ser Kicillof resaltan que su figura es la más indicada para dar la pelea a nivel nacional porque es el que mejor capitaliza los votos de CFK —la accionista mayoritaria del FdT— y, además, que sería un buen candidato porque es economista —en una campaña que estará marcada por lo económico— y porque, además, es una figura a la que se la identifica «con la honestidad». Además, sería un candidato con más posibilidades de ser «de consenso», que, por ejemplo, De Pedro, que tendría más chances de ir a una interna. Kicillof también tendría respaldo por parte de los gobernadores. De Pedro, evalúan, sería bueno en provincia por su perfil más dialoguista, cercano a los intendentes y también al sector agropecuario.
La carta de Massa presidente, que parecía estar asegurada hasta hace no tanto y con el visto bueno de todos los sectores del FdT, cada vez es más compleja por los altos números de inflación. «Está caliente con la situación porque quería ser, pero también es realista», opinan quienes consideran que su candidatura es casi imposible. En esa línea, el líder del FR está en una etapa de fuertes negociaciones y mostrando músculo político para la hora de las definiciones. La certeza es que existe entre el FR y el kirchnerismo la decisión estratégica de ir juntos. «Están discutiendo la letra chica», dicen desde sectores que se identifican con CFK. El líder del FR considera que, sea él u otro, el candidato debe ser de unidad porque un enfrentamiento en el oficialismo sería perjudicial para la gestión económica.
Massa sabe que sus chances se reducen, y que hoy no tiene la bendición de la Vicepresidenta para ser el candidato de unidad, entonces se ocupó en los últimos días de hacer diferentes demostraciones de fuerza junto a los referentes de su espacio. «Si él no puede ser por las circunstancias hay que ver qué lugar ocupa el FR», dicen desde algunos sectores más ligados a la Vice y arriesgan, por ejemplo, que su compañera, y titular de Aysa, Malena Galmarini, podría ir como candidata a vicepresidenta o vicegobernadora y, él, por ejemplo, encabezar la lista de senadores en provincia. Massa confía que contará con el adelanto de un desembolso del FMI para antes del 20 de junio (ver nota aparte). Eso mejoraría sus chances para una posible candidatura. Sin embargo, quienes arriesgan que sus posibilidades son reducidas, avisan: «Primero que llegue el desembolso y después vemos».
El enojo del tigrense es con el Presidente y su entorno, que sigue pujando por las PASO. Los hombres de mayor confianza de Fernández están trabajando en la candidatura del embajador en Brasil, Daniel Scioli —históricamente enfrentado con Massa— y también respaldan y avalan al jefe de Gabinete, Agustín Rossi, que anunció que oficializará su candidatura el lunes por streaming. El canciller Santiago Cafiero, incluso, celebró hace días el lanzamiento de la candidatura presidencial del dirigente social Juan Grabois e insistió: «Las PASO no nos dividen, sirven para democratizar el debate».
Máximo Kirchner, en la reunión que tuvo con Wado e intendentes, dijo que los que quieran presentarse en una interna deberán tener listas propias. Scioli salió a responderle y aseguró: «Estamos trabajando intensamente, no solo en la categoría gobernación sino en cada uno de los distritos. Si habrá internas en todas las categorías, es importante que tengamos representación».