Después del cachetazo que significó para los dos partidos más importantes del país la irrupción de Javier Milei como el candidato más votado en las PASO presidenciales de este domingo, el oficialismo trabaja para reconfigurar su discurso, analizar opciones con el objetivo de aumentar la participación; conseguir votos de distintos sectores y polarizar de lleno con el libertario para lograr entrar en el ballotage y dejar afuera a Patricia Bullrich. «La tarea es unificar todo lo que esté suelto y ampliar por donde se pueda. Esa es la orden que dio Massa en todos los distritos», aseguran fuentes del oficialismo.
«El número alcanzado deja en carrera a Sergio porque es el segundo candidato más votado y, además, porque el voto de Larreta puede ir a Massa, sumado al de Schiaretti y al de otros sectores», repetían en el búnker oficialista el lunes por la madrugada recordando que, tal como anticipó la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner hace semanas, esta es una elección «de tercios» en la que lo más importante son los pisos y los techos de cada espacio. Una vez que Massa bajó del escenario en el Centro Cultural C, volvió a subir al segundo piso del lugar, en el que se quedó hasta pasadas la una de la madrugada con Eduardo «Wado» de Pedro, Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Leandro Santoro y Agustín Rossi analizando cómo seguir después de un resultado complejo y alejado de lo que el oficialismo se proponía para esta primera instancia de la campaña: que Massa sea el candidato más votado y que UxP supere el piso del 30 por ciento.
El descanso del candidato a Presidente fue poco. Se quedó hasta tarde en el C delineando estrategias y analizando los resultados y a las 9 de la mañana del lunes ya estaba en el ministerio de Economía buscando garantías para concretar el desembolso que el FMI prometió a la Argentina antes de las elecciones. A 70 días de los comicios, el ministro-candidato anunció como definición de gobierno un ajuste del 22 por ciento del tipo de cambio oficial y un alza de la tasa de interés hasta el récord de 118 por ciento anual. El FMI habría pedido un 60 por ciento de devaluación y 1.5 de cierre fiscal del año. Ambas propuestas fueron rechazadas por el Gobierno. Ahora estarían a la espera de que se concreten dos desembolsos del FMI: uno por 8 mil millones que llegaría cerca del 23 de agosto y otro por 2250 la primera semana de noviembre. Habrá que ver si con ese dinero el gobierno decide tomar medidas para mejorar la situación de los bolsillos de los trabajadores, que –se da casi por descontado– sufrirán luego de la devaluación de este lunes un embate a sus salarios por el aumento de la inflación.
A la pesca de los huérfanos
Desde el comando de campaña el lunes intentaban mostrar optimismo «dimos la primera batalla y quedamos en carrera. Sergio fue el segundo más votado y ahora se va a realinear el peronismo. Arranca el segundo tiempo«, repetían. En el búnker de la calle Mitre confían que pueden ir «a la pesca» de los votantes que quedaron huérfanos de Schiaretti en Córdoba, de parte de los de Horacio Rodríguez Larreta y analizan que «la disputa de Milei con Patricia Bullrich por el votante de un mismo perfil nos lleve al ballotage». El gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, que triunfó en las elecciones locales con el 54,95 por ciento de los votos, hizo declaraciones en ese sentido: «Hay muchos compañeros como Juan Schiaretti, Martín Llaryora y Florencio Randazzo que hay que ir a buscar«, dijo, «para lograr el desafío de ganar la elección de octubre y entrar al ballotage».
En la misma línea discursiva, la de sumar a esos sectores tal como dijo el domingo por la noche Massa, el candidato a vicepresidente de UxP, Rossi, consideró que hay que trabajar en estas semanas para «lograr un gobierno de unidad nacional en el cual estén todos los que están dispuestos a defender la democracia». «Quien puede encabezar ese gobierno es Massa», afirmó y también utilizó la confrontación dictadura versus democracia, de la que habló Kicillof. «Tenemos la obligación de convocar a todos los demócratas para que este peligro y este sector prodictadura no llegue a gobernar la Argentina», remarcó.
Otros dirigentes de peso en el peronismo, como el diputado José Luis Gioja, intentaron hacer una autocrítica: «Quizá nos equivocamos porque no entendimos la profundidad de la crisis que se vive», dijo en declaraciones radiales y expresó: «Ahora hay que alinearse detrás del que sacó más votos. Tenemos que seguir el ejemplo del gobernador Axel Kicillof, quien nos está indicado el camino, tomar esa experiencia y practicarla en todo el país».
Milei, un candidato sin grandes ramificaciones electorales en el país y sin estructura, logró imponerse en 16 provincias. «Nosotros le hicimos de fiscales», decían desde el peronismo para graficar el fenómeno ante el que se encuentran. En esa línea, quedó en evidencia un problema latente que era que, al haber desdoblado las elecciones, muchos gobernadores no movieron al 100 por ciento su maquinaria y su músculo político para las elecciones nacionales. Algo que tendrán que modificar y activar de lleno de cara a octubre para impedir el triunfo de Milei.
Tras los resultados del domingo, también salieron a realizar declaraciones públicas varios dirigentes que habían militado en el «operativo clamor» por la candidatura de CFK y que después del cierre de listas habían bajado su perfil. Fue el caso del ministro de Desarrollo bonaerense, Andrés Larroque, que destacó que «sin dudas, la peor elección fue la de JxC porque son oposición y no cargan con las dificultades de la gestión», y reflexionó que «de nuestro lado tenemos la capacidad de revertir y llegar al ballotage si nos ponemos a trabajar ya». También habló el intendente de Ensenada, Mario Secco, que en su distrito sacó el 60 por ciento de los votos. «Estoy convencido que esto se revierte. Massa puede pasar los 35 puntos e ir a un ballotage si encabeza una buena propuesta electoral y juega en todas las provincias», dijo en declaraciones radiales. Desde sectores que se identifican con el kirchnerismo sostuvieron: «Hay dirigentes que fueron cuestionados por no hacer declaraciones públicas en los últimas semanas, pero en sus distritos, y con su trabajo territorial, garantizaron el triunfo de Axel y con eso aportaron un gran caudal para llegar al número final de Massa».