Todo parecía indicar que, jaqueado por el escándalo del beso a la jugadora de la selección de España durante la entrega de medallas del Mundial de fútbol femenino, el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) iba a renunciar. Pero no fue así. Esta mañana, Luis Rubiales redobló la apuesta: dijo que no piensa dejar su cargo, aseguró que el beso que le dio a Jenni Hermoso «fue mutuo, eufórico y consentido» y se ubicó como víctima de un «asesinato social» y una «cacería».
«¡No voy a dimitir, no voy a dimitir!», afirmó Rubiales hoy ante la Asamblea de la RFEF. Y si bien pidió «perdón sin paliativos» por su comportamiento tras la final del Mundial de fútbol femenino, denunció ser víctima de un ataque en su contra y adelantó que irá a la Justicia para defenderse.
Un beso «mutuo, eufórico y consentido»
Rubiales aseguró este viernes que el beso en la boca que le propinó a la jugadora Jenni Hermoso tras ganar el Mundial «fue espontáneo, mutuo, eufórico y consentido», y consideró que de este modo se desarman los argumentos de quienes lo criticaron y denunciaron en los últimos días.
«Fue consentido, esta jugadora falló un penal y yo tengo una gran relación con todas las jugadoras, hemos sido una familia durante más de un mes y tuvimos momentos cariñosos en esta concentración», explicó.
El dirigente relató cómo se dio la secuencia de la polémica en la entrega de medallas. Dijo que todo comenzó cuando en medio de los festejos Hermoso lo alzó en brazos y lo acercó a su cuerpo y que en ese momento él le dijo que se olvidara de lo ocurrido con el penal. «Le dije: ‘¿un piquito’. Ella dijo: ‘vale'», afirmó.
«Por lo tanto, no hay deseo ni posición de dominio», dijo sobre su accionar. Y aclaró que «el deseo que podía tener en ese beso era el mismo que el que podía tener dándole un beso a una de mis hijas«, como —acusó— se está «vendiendo en los medios».
«Van por mí con todo»
Tras defenderse sobre las críticas por el beso a Hermoso, que sostiene que «fue consentido», aseguró que es víctima un «asesinato social»
«Aquí no se esta tratando de hacer justicia, es falso. Se está ejecutando un asesinato social. Se me está tratando de matar«, dijo. Y, buscando empatizar, pidió hacer un llamado a la reflexión a la sociedad por esta situación.
«Van a por mí con todo, por tierra, mar y aire. Más de cien querellas, denuncias en todo tipo de juzgados», describió sobre los efectos judiciales y pedidos de sanciones en su contra, por su comportamiento en la final. Y argumentó que estos ataques en su contra se dan porque «a algunos les molesta que esté aquí porque del fútbol modesto voy a hacer un fútbol digno».
El «falso feminismo» y las «feministas de verdad»
En otro tramo de su defensa, Rubiales sostuvo que su caso es fogoneado bajo argumentos del «falso feminismo» que a su entender «no busca la justicia y la verdad» y «no le importan las personas sino ponerse una medalla y decir que están avanzando cuando es todo lo contrario».
«¿Qué pensarán las mujeres que de verdad han sido agredidas sexualmente, a las que de verdad se las ha agredido sexualmente?. A estas personas que están tratando de asesinarme públicamente, me voy a defender en los juzgados. Voy a ejercer acciones» legales, anunció.
Por ello, llamó a «diferenciar y aprender una lección de lo que es la igualdad». «Mis hijas sí son feministas de verdad y no el falso feminismo que hay por ahí», continuó Rubiales.
El expediente de la FIFA
Este jueves la FIFA abrió un procedimiento disciplinario contra el presidente dela RFEF para evaluar si le corresponde alguna sanción por los hechos ocurridos tras la final del Mundial femenimo.
A través de un comunicado, la FIFA informó la decisión. “La Comisión Disciplinaria de la FIFA informó este viernes a Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, que abre un expediente disciplinario en su contra por los hechos ocurridos durante la final de la Copa Mundial Femenina del 20 de agosto de 2023″, señala el texto difundido por la entidad.
Según explicó la entidad deportiva, los comportamientos de Rubiales, con el beso no consentido a Jenni y también las imágenes de la celebración del presidente de la RFRF en el palco, «podrían resultar constitutivos de violaciones de los artículos 13.1 y 13.2 del Código Disciplinario de la FIFA«.
La FIFA destacó su «compromiso absoluto con el respeto a la integridad de todas las personas» y remarcó que «condena con el mayor vigor todo comportamiento contrario» y adelantó que no darán información sobre el procedimiento abierto hasta que se tome una decisión final.
El beso, la polémica y las disculpas: qué pasó
La Selección española de Fútbol se consagró días atrás campeona en el Mundial Femenino de Fútbol, que se disputó en Nueva Zelanda y Australia. Sin embargo, el logro deportivo de esta selección pasó a un segundo plano a raíz de un polémico hecho ocurrido cuando las jugadoras recibían las medallas de campeonas.
En medio de la alegría y los festejos por el campeonato del mundo, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, tomó de la cara a la jugadora Jennifer Hermoso y le dio un beso en la boca, sin consentimiento. Las imágenes del gesto de Rubiales fueron transmitidas en vivo y en directo y recorrieron el mundo y cosecharon críticas y repudio.
Lo que siguió, solo complicó las cosas. Rubiales dio una nota a un periodista español en la que el explicaba que la polémica por el beso que le había propinado a la jugadora le parecía «una idiotez«, ya que todo se había dado «entre dos amigos celebrando».
«No estamos para gilipolleces. Yo, con todo lo que he pasado, más gilipolleces y tontos del culo…», comentaba al periodista deportivo Juanma Castaño, pidiéndole que le hablase de lo positivo del triunfo deportivo y no de las críticas que había provocado su actitud.
Esto generó nuevos repudios y, días atrás, publicó un video disculpándose por lo ocurrido, aunque se trató de un pedido de disculpas a medias, plagado de justificaciones. «Seguramente me he equivocado, fue un momento de máxima efusividad«, explicó.
«Hay un hecho que tengo que lamentar y es todo lo que ha ocurrido entre una jugadora y yo, con una magnífica relación entre ambos, al igual que con otras, y donde, pues seguramente, me he equivocado«, dijo.
«Lo tengo que reconocer, porque en un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, ocurrió lo que ocurrió, de manera muy espontánea, sin mala fe por ninguna de las dos partes”, afirmó.
Rubiales comentó también que la polémica desatada por este hecho –el beso que le dio sin consentimiento a la jugadora– «aquí (en Australia) no se entendía».
“Lo veíamos algo natural, normal, y para nada con ninguna mala fe. Pero fuera parece que se ha formado un revuelo», dijo, pareciendo desconocer lo que la propia Jenni había dicho, que la situación «no me ha gustado».
En esta línea, Rubiales, ensayó una disculpa: «Si hay gente que se ha sentido por esto dañada, tengo que disculparme, no queda otra”.