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Un gol en la agenda, el FMI y lo que falta

El anuncio de que los trabajadores dejarán de pagar desde octubre el Impuesto a las Ganancias, una idea que se cocinó a fuego lento con los gremios y gobernadores en la mesa, generó un triple efecto político en la campaña por las presidenciales: el primero, que el ministro candidato, Sergio Massa, logró con su histórico caballito de batalla cortar con la instalación de temas opositores en la agenda, que venía siendo propiedad exlcusiva del libertario Javier Milei. El segundo, que también por primera vez Unión por la Patria (UP) establece una medida de resultados reales sobre los ingresos de un sector de los trabajadores, en el marco de una carrera electoral en la que se venían discutiendo cuestiones sólo vinculadas a niveles de ajuste o padeceres de la población que serían el primer paso de una posible recuperación.

Y el tercero, que según confiaron a Página I12 dirigentes de UP, el próximo martes 19 habrá sesión en el Congreso para tratar el proyecto de ley de Ganancias, situación que tiene prevista una movilización de la CGT, la CTA y diferentes gremios; y que expondrá a la vez si Juntos por el Cambio no sólo vota una norma que había prometido aprobar y que el propio Mauricio Macri había prometido eliminar en su campaña en 2015; sino también cómo explica Juntos no avanzar en el sentido de la baja de impuestos en una fuerza política que ha llevado ese tema como bandera.

El objetivo de Sergio Massa

Los que trabajan cerca de Massa contaron a este diario que «lo que se está viendo es una pista de lo que Sergio busca sea su Gobierno, muy centrado en la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores». Además, en los próximos días el ministro candidato dará señales concretas de medidas futuras y otro proyecto de ley que va en la línea de las necesidades del sector obrero. Por un lado, la semana próxima anunciará modificaciones en las categorías del monotributo y de los autónomos, no alcanzados por la modificación en Ganancias. Y ya dio el ok, a través de la ministra de Trabajo, Raquel Kelly Olmos, para que el Congreso avance con la modificación de la jornada laboral. También puso a sus equipos a trabajar en aspectos que permitan ver la factibilidad de reducir el impacto del IVA en los alimentos.

El que trabaja por pedido expreso de Massa en esos temas es el titular de Aduanas y mano derecha del ministro, Guillermo Michel, quien además aborda un anuncio que podría darse esta semana y que está vinculado con el consumo masivo: planifican un alivio en las compras con tarjeta de débito para bienes esenciales. Se busca dar alguno de estos anuncios esta semana porque el dato de inflación que se dará a conocer este miércoles va a ser, según palabras del propio Gobierno, «un número muy fuerte».

La gobernadores y la marcha al Congreso

La definición de la baja en Ganancias se terminó de cerrar la semana pasada en Tucumán, donde el peronismo se reunió para relanzar la campaña. Allí, en una reunión reservada, Massa les prometió a los gobernadores una compensación vía el impuesto país, dado que Ganancias es uno de los impuestos coparticipables.

Los jefes provinciales prometieron y salieron a bancar la medida, con la única queja del cordobés Juan Schiaretti, que hace tiempo viene corriendo por afuera del peronismo. En esa misma reunión, Massa avisó que el lunes haría el anuncio.

En el encuentro que mantuvieron ese día los funcionarios y sindicalistas en Hacienda, se convino además que el día 19 de septiembre los gremios harán «una marcha aún más grande a la puerta del Congreso». La convocatoria tiene en su armado a dirigentes del peronismo y a cuadros sindicales como Pablo Moyano, de la CGT y Camioneros, y Hugo Yasky, de la CTA. «Será muy masiva», avisan.

El otro punto que se charló con los gremios y, en particular, con Héctor Daer, es el proyecto de ley de reducción de la jornada laboral. En pocos días el Parlamento convocará a una reunión informativa donde se invitará incluso a directivos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y se analizarán casos donde se redujo la carga horaria. El proyecto oficial, que será unificado, tiene el aval de Massa a través de la ministra de Trabajo y plantea 36 horas semanales en lugar de las 48 actuales, con la posibilidad de que ese paso sea en forma gradual.

¿Y el acuerdo con el Fondo?

Desde que se firmó el Staff Report, que permitió el desembolso de 7500 millones de dólares, Massa no hizo más que abrir la billetera, todo lo contrario a lo que pidió el Fondo Monetario (FMI). Si bien hay sectores del establishmente que aseguran que esa política interna altera los ánimos en las oficinas de la Casa Blanca, en el ministerio de Economía le restan importancia.

«Massa no necesita hablar con el FMI hasta la próxima revisión, y no lo hizo por estas medidas». Es que en el Staff se habían pedido rebajas de sueldos estatales y aumentos en las tarifas, dos medidas que Massa no sólo que no hizo, sino que procedió en la otra dirección, recomponiendo ingresos de diferentes maneras y congelando precios y tarifas por 90 días.

En general, para el Fondo este tipo de cuestiones no son novedad. Los que conocen el paño no descartan que en las próximas horas haya alguna notificación del organismo, pero en la práctica se entiende como una de las posibilidades en un año electoral en la Argentina. Con el Staff Report, Massa evitó que el FMI se entrometa en la política interna al menos hasta noviembre de este año.

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