Las visitas de Victoria Villarruel al dictador Jorge Rafael Videla se colaron en la campaña. En las últimas horas, la Cámara Nacional Electoral (CNE) recibió un pedido para que le requiera información a la candidata a vicepresidenta de Javier Milei sobre sus encuentros con el genocida.
Villarruel viene siendo un personaje gravitante en la carrera hacia las elecciones generales. El lunes pasado, protagonizó un acto en la Legislatura porteña con el que buscó justificar el accionar de la última dictadura. Después de ese evento, arremetió contra la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, a quien llamó “personaje siniestro”.
La número dos de La Libertad Avanza (LLA) tiene una larga trayectoria en organizaciones pro-militares. Integró la Asociación Unidad Argentina (Aunar), que estaba conformada por militares que actuaron en la represión. Después, fue parte de Jóvenes por la Verdad, un grupo que empezó a funcionar en 2003. Dentro de esta agrupación, Villarruel se habría encargado de coordinar visitas a Videla. La información fue aportada por el mayor retirado Pedro Rafael Mercado, marido de la activista pro-impunidad Cecilia Pando. Según Mercado, él conoció a Videla a través de Villarruel.
Villarruel le confirmó al diario La Nación que los encuentros con Videla existieron, pero relativizó el vínculo: dijo que fueron entrevistas para un libro que estaba escribiendo. A Infobae también le admitió que visitó a represores en la cárcel. Fue después de que la abogada querellante Guadalupe Godoy encontrara su nombre en la lista de quienes frecuentaban a Norberto Cozzani, mano derecha de Miguel Osvaldo Etchecolatz, en el penal de Marcos Paz. Villarruel también aparece como contacto de Etchecolatz en el cuaderno que él llevaba mientras preparaba su defensa para el primer juicio que se llevó adelante en La Plata después de la declaración de inconstitucionalidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.
Ahora, el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) de La Plata le pidió al presidente de la CNE, Alberto Dalla Vía, que le requiera a Villarruel que explique su vínculo con Videla. Como resaltó el organismo, Videla murió en mayo de 2013 con tres condenas en su haber: el Juicio a las Juntas –en el que se lo responsabilizó por lo sucedido con 317 personas–, el juicio de la UP1 de Córdoba –en el que se lo halló culpable por lo que padecieron 31 víctimas– y el Juicio por el Plan Sistemático de Robo de Bebés en el que se lo juzgó por la sustracción y ocultamiento de 35 chiquitos. Al momento de su deceso, era investigado en trece otras causas por 1256 víctimas.
Preguntas para Victoria Villarruel
“Las circunstancias aludidas encienden alarmas razonables respecto a posibles y presuntos adherentes, divulgadores y/o personas que comulguen con el ideario, la visión y/o los valores de un criminal de Estado que exhibió, en simultáneo, un desprecio absoluto por las instituciones y por la vida e integridad de la persona humana” dice la nota a la que accedió Página/12.
“A 40 años de recuperada la democracia, debemos poner de resalto la inestimable importancia de conocer qué piensan aquellas personas que aspiran conducir las riendas de nuestro país. Máxime, si existen indicios vehementes y autosuficientes de que, en este caso, una candidata parecería comulgar con idearios que contrastan en pleno con los principios y valores democráticos que supimos construir”, concluyen los referentes del CECIM.
El texto –rubricado por el presidente del CECIM, Rodolfo Carrizo, y su secretario de Derechos Humanos, Ernesto Alonso– remarca que la organización no tiene vocación de excluir a nadie de la contienda electoral, pero que hay una obligación estatal de garantizar el acceso a la información por parte de la ciudadanía.
“El derecho constitucional a elegir y ser elegido es, en sí mismo, la materialización de la democracia en sentido formal. No obstante, la posibilidad de indagar, de gestar intercambios, de conocer información sustantiva, hacen a la consolidación de los vectores atinentes a la democracia en sentido material”, concluyen desde la agrupación de excombatientes de Malvinas.
El abogado del CECIM Jerónimo Guerrero Iraola explicó a este medio que es fundamental que la CNE canalice el pedido de información, ya que Villarruel –en su calidad de candidata a vicepresidenta– no va a participar en los debates establecidos por ley. Por ende, no podrá ser consultada acerca de su vínculo con Videla o con cualquier otro represor por sus competidores ni por la ciudadanía.
«Entendemos que todos los candidatos y todas las candidatas tienen que poder recibir por parte de la CNE los pedidos de información que se administren, sobre todo cuando haya sospechas debidamente fundadas de que hay algún tipo de práctica que pone en tensión nuestro andamiaje constitucional de derecho y sobre todo todo el andamiaje de derechos humanos», sostuvo Guerrero Iraola.
Por el momento, el tribunal con competencia electoral no informó si dará curso al pedido el CECIM. Pese a eso, la polémica por la relación de Villarruel con el dictador siguió escalando. Patricia Bullrich, la candidata presidencial de Juntos por el Cambio que venía de prometerles una «salida justa» a los militares que afrontan procesos por crímenes de lesa humanidad, dijo que empatizar con Videla era un límite. «Era un asesino», se distanció la exministra de Seguridad que busca cautivar el voto militar que parece tener cautivo la dama de hierro de LLA.