El cisma ya está ocurriendo: los radicales salieron en masa a decir que no apoyarán a Javier Milei en un balotaje, aun antes del encuentro de la cúpula de la UCR previsto para el miércoles. Desde el PRO, ya aparecieron los primeros dirigentes que apoyaron a Milei, algunos de ellos cercanos a Patricia Bullrich. La excandidata mantiene silencio, mientras le siguen llegando invitaciones de parte de la fórmula presidencial de La Libertad Avanza. Mauricio Macri también juega al misterio, aunque todos los ojos están posados en él y en si piensa encarar una negociación con Milei a espaldas del resto. La presión va acumulándose hacia una eventual reunión de la mesa nacional de Juntos por el Cambio, donde se verá si efectivamente la alianza estalla en pedazos o buscan una forma de recomponer que hoy no está a la vista.
Tres cónclaves
Para el miércoles hay previstas tres reuniones por separado donde se discutirá la posición frente al balotaje y la continuidad o no del frente opositor. La primera será la de la cúpula del PRO, que estaba prevista para el martes a la mañana, pero se suspendió. Los organizadores aseguraron que fue por problemas de agenda, especialmente de los dirigentes de las provincias que tenían que viajar.
Lo cierto es que los ánimos en el PRO internamente también están muy caldeados con posiciones encontradas: Horacio Rodríguez Larreta más a favor de marcar distancia con Milei; Macri, ya se sabe: todo a favor de apoyarlo contra Massa.
La segunda reunión, el miércoles a las 14, será la del Comité Nacional de la UCR, con Gerardo Morales a la cabeza. En algo coinciden Morales y Martín Lousteau: en que el liderazgo de Macri está terminado. Además de los muchos reproches que tienen para hacerle por cómo se comportó en la campaña, están evaluando si la UCR (con sus cinco gobernadores) da por terminada la sociedad o si continúan con un fuerte planteo de cambiar la correlación de fuerzas. En el encuentro, seguramente planteen la neutralidad en el balotaje, aunque con un cuestionamiento claro a Milei. Muchos dirigentes radicales no esperaron y ya marcaron la cancha (como se verá más adelante).
Y hay una tercera reunión en la Casa provincial de Corrientes, que juntará a todos los gobernadores de Juntos por el Cambio, los actuales y los electos. Allí estarán los cinco del radicalismo, los cuatro del PRO y otras procedencias y el jefe de Gobierno electo, Jorge Macri, quien con la caída del balotaje porteño resolvió sumarse al cónclave. La idea es que de esa reunión salga un posicionamiento propio para el balotaje. Por lo que estaban conversando previamente, se inclinarían por dar libertad de acción. Hay que ver si hacen alguna advertencia sobre la coparticipación, luego de que Milei propusiera eliminarla.
Radicales en masa
Además de expresar con todas las palabras permitidas por el idioma su enojo con Macri, los radicales están saliendo a rechazar a Milei sin esperar la señal de largada del comité nacional.
La primera fue la vicepresidenta de la UCR Maria Luisa Storani, quien dejó en claro su posición: «Un partido político tiene que definirse, sobre todo viendo cómo viene Milei. La derecha de todo el mundo estuvo acá: Vox, el hijo de Bolsonaro, los de derecha de Polonia, es muy grave. Vamos a tener la Convención y ahí tendremos una definición. De lo que estamos seguros es que no queremos a Milei. Tenemos un peligro. Yo plantearé apoyar a Massa, pero habrá que ver lo que decide el partido«.
Storani también puso un enorme signo de pregunta sobre la continuidad de la coalición opositora: «No sabemos el futuro de Juntos por el Cambio. Tampoco sabemos que pasará con Macri y Milei…«.
Otra que fue muy enfática fue la diputada de Evolución Carla Carrizo: «El radicalismo, de cara al balotaje, va a recuperar su línea histórica de acuerdos con el peronismo: es una tradición heredada del acuerdo Perón-Balbín«, arriesgó. También recordó que existieron acuerdos entre las dos fuerzas con el Pacto de Olivos de Carlos Saúl Menem y Raúl Alfonsín y nuevamente entre Alfonsín y Duhalde.
Carrizo aclaró que se piensa en un acuerdo para defender la democracia, no para cogobernar: «Creo que el radicalismo va a seguir la línea histórica, es decir históricamente el radicalismo nunca formó un gobierno de coalición con el peronismo justamente para garantizar la alternancia democrática, pero hubo acuerdos porque una cosa es discutir política y otra es formar gobierno». Y dejó en claro: «Yo jamás votaría a Javier Milei».
El presidente de la Juventud Radical porteña, Agustin Rombolá, está hace tiempo militando contra Milei. No quiso arriesgar si se rompe o no la coalición, pero avisó: «No cuenten conmigo si van a ir con Milei. Y dejó en claro lo que piensa de los radicales que lo apoyen: «Si te autopercibís radical y vas a votar a Milei, no sos radical: sos un gorila al que no le dio la nafta para ser conserva. Abrazo grande».
«Soy de los que cree que ningún radical votará por Milei, que sería como votar a Vox en España, a Bolsonaro en Brasil, a Trump en EE. UU. o a Le Pen en Francia. El radicalismo no vota antisistema», remarcó el dirigente porteño Hernán Rossi.
Mucho más duro fue Manuel Garrido: «No entiendo cómo se puede propiciar un voto en blanco o patear la pelota afuera cuando una de las opciones es la desaparición de la democracia».
Más tibio, Ernesto Sanz —uno de los artífices originales del acuerdo con el PRO— aseguró que la UCR dará libertad de acción y que buscará una neutralidad total.
Desde el socialismo porteño, Roy Cortina dejó en claro su posición: «Ballotage: Es obvio que Milei NO».
PRO Milei
En el PRO no está tan claro que Milei, no. Si bien hay sectores como el larretismo que seguramente llevarán esa posición a la mesa nacional, ya se empezaron a escapar los dirigentes que lo respaldan. Uno de ellos es el intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, un hombre que estuvo muy cerca de Bullrich en la campaña bonaerense (fue uno de sus posibles candidatos a gobernador, hasta que ella eligió a Néstor Grindetti).
Iguacel no dejó lugar a dudas: «NO ES TIEMPO DE TIBIOS», escribió en mayúsculas. «Voy a apoyar a Javier Milei, porque es Libertad o Delincuencia. Siempre fui un defensor de la libertad y la honestidad: en mi vida, en mis trabajos y en mi ciudad. Siempre enfrenté a los poderosos. Denuncié la causa Vialidad hasta Chocolate. Caiga quien caiga», se autodefinió. «Las ideas liberales funcionan», aseguró. «Massa es más kirchnerismo. Apostemos a la libertad y la decencia», indicó.
Fue uno de los primeros en salir. El vicepresidente del PRO, Federico Angelini, fue más sutil: «El kirchnerismo es el límite. Después hay que ver de qué forma se habla para que haya o no una definición”. No obstante, dijo: “Mañana (por el miércoles) nos vamos a reunir con referentes del PRO y vamos a convocar a una reunión formal con todos los espacios que tienen representación en el consejo directivo y ahí vamos a tomar una decisión”. Dejó en claro que esa decisión será un apoyo a alguien: “El PRO no nació para la libertad de acción, sino para tomar decisiones y definiciones políticas”.
En la misma línea, Ricardo López Murphy dijo que combatirá a cualquiera que desde Juntos por el Cambio intente apoyar a Massa. Por la noche, también se expresó Waldo Wolff: “Mañana tenemos una discusión partidaria y yo tengo mi posición personal. En estas alternativas que hay voy a apoyar a Javier. Yo propongo eso”.
En este punto, no se ve posible que se consensúe una única posición en el encuentro de la mesa nacional de Juntos por el Cambio, que sería recién la semana que viene. Tampoco está claro si habrá ganas de seguir juntos y por el cambio.