El revival de los 90 en el gobierno de Javier Milei es absoluto: no solo regresan los exfuncionarios de esos años, sino también los Menem a los lugares de poder. Y es que después de semanas de negociaciones internas, de pujas con Mauricio Macri y de coqueteos con el peronismo no K, el presidente electo definió que Martín Menem presida la Cámara de Diputados. Falta aún la confirmación oficial, pero la decisión está tomada: será un libertario «puro» quien ocupe el rol clave de impulsar la agenda legislativa del presidente electo y de tejer las alianzas que garanticen la futura gobernabilidad. No será fácil, ya que el primer desafío de Menem será volver a seducir a los heridos de su designación. El tuit de Mauricio Macri fue, en ese sentido, premonitorio: en el PRO ya le advierten a Milei que «no es lo mismo ser parte del gobierno que un aliado» y que ahora tendrá que sentarse a negociar.
La idea comenzó a formularse el miércoles, ganó fuerza el jueves y empezó a extenderse como una mancha de aceite el viernes. Hasta hace una semana, el plan de Javier Milei, influenciado por Guillermo Francos, era de poner a Florencio Randazzo a presidir de la Cámara de Diputados. Con esta maniobra, Francos pretendía cimentar su alianza con los gobernadores peronistas no K –fundamentalmente Juan Schiaretti–, así como sumar una línea de contacto directo con el cosmos territorial panperonista. Era una apuesta a ampliar la red de alianzas y, de paso, impostar una mayor autonomía con respecto a Mauricio Macri (quien, entonces, todavía pretendía colonizarle el gobierno).
El nombre de Randazzo, sin embargo, generaba varios dolores de cabeza. Unión por la Patria, por ejemplo, no miraba la designación con buenos ojos. «El 80 por ciento de nuestro lo bloque lo quiere agarrar a trompadas, ¿con quién va a negociar?», ironizaba un importante diputado peronista que advertía, como varios, que la tradición insitucional de cederle la presidencia de la Cámara al oficialismo aunque no tuviera la primera minoría no cuajaba si aquel lugar lo ocupaban dirigentes que habían salido cuartos (Randazzo) o terceros (Cristian Ritondo) en las elecciones generales. Esta premisa más combativa comenzó a perder terreno frente a la postura de Cristina Fernández de Kirchner, quien no quería que se acusara al peronismo de «robarle» la presidencia al oficialismo al cabo de asumir.
Pero más allá de las objeciones del peronismo, que eran casi secundarias, Milei prestó atención al reclamo que le hicieron sus propios legisladores de La Libertad Avanza. El lunes los diputados y senadores se reunieron para coordinar una estrategia y el miércoles fueron a ver a Milei al Hotel Libertador para plantearle que lo más seguro era dejarle el lugar a un «leal». Para entonces, Mauricio Macri ya estaba jugando fuerte la carta de Ritondo: si Milei quería conformar un cogobierno con un PRO que le debiera obediencia absoluta, tenía que poner a un macrista en la presidencia de la Cámara. Por esos días Patricia Bullrich ya había negociado, individualmente, su pase al gobierno libertario y Macri estaba furioso. Solo quedaba una opción: tenía que ser Ritondo. Aquel había sido el acuerdo, además, post pacto de Acassuso.
A partir del jueves, sin embargo, el entorno de Milei comenzó a revitalizar la opción de que fuera un referente libertario el que ocupase aquel lugar. Los nombres que circulaban eran el de Martín Menem, Oscar Zago e, incluso, el de Marcela Pagano. Zago, finalmente, terminó siendo elegido para ocupar la presidencia del bloque de 38 diputados de LLA, mientras que el de Menem comenzó a ganar peso para presidir la cámara. «Los presidentes de la Cámara suelen ser de los partidos que gobiernan. De ser de LLA va a ser Martín Menem», deslizaban, temprano, cerca del presidente electo.
Al cierre de esta edición, la confirmación oficial no había llegado, pero en LLA aseguraban que era solo cuestión de tiempo. El primer indicio, curiosamente, lo dio el propio Macri, cuando salió a «celebrar» las designaciones de Bullrich y Luis Caputo en el gabinete de Milei: «Les deseo a ambos el mayor de los éxitos en este compromiso personal que asumen», tuiteó por la tarde. El mensaje era claro: ni él ni el PRO formaban parte de la coalición de gobierno. «El gato se lavó las manos. ¿Sabés lo que quiso decir? ‘Me garcaron. Suerte muchachos, váyanse a la mierda'», aseguró, jocoso, un diputado macrista.
¿Quién es Martín Menem?
Martín Menem es el hijo de Eduardo Menem, senador nacional durante más de 20 años, y sobrino del fallecido expresidente Carlos Saúl, cuyo legado pareciera estar dando forma el gobierno de Milei. Fundador de una compañía de suplementos dietarios, el futuro presidente de la Cámara de Diputados se metió en política hace dos años, de la mano del propio Milei. En 2021 se candidateó para ser legislador provincial y en 2023 para ser gobernador de La Rioja: en ambos casos, fue de los pocos candidatos que obtuvo el aval explícito del economista libertario.
Se habían conocido años atrás, en el marco de la actividad privada. Milei ya era entonces un reconocido defensor de la experiencia privatizadora de los 90 y, en 2019, Martín le propuso conocer a su tío. Fue poco antes de que muriera y, según cuenta el presidente electo, Menem (tío) profetizó: «Vos vas a ser presidente».
La muñeca política, sin embargo, no se hereda. Y son varios los dirigentes del PRO que observan escépticos la designación de Menem al frente de la Cámara de Diputados. El primer desafío de Menem será apagar el fuego que su designación causó, porque en el PRO ya le advierten que ahora ellos negociarán como cualquier opositor radical o larretista. «No es lo mismo formar parte de un gobierno que ser solo aliados, ahora van a tener que negociar. Le vamos a votar las leyes, no podemos actuar como despechados, pero no va a ser con el mismo entusiasmo. No nos vamos a matar para conseguir los votos», reconoció una espada del PRO. Con 38 votos propios y los (renuentes) 40 del PRO, LLA tendrá un largo camino por delante para conseguir el número para aprobar las leyes. Lo que sí es seguro es que Menem no tendrá problema para que lo aprueben como autoridad de la Cámara la semana que viene: ni JxC ni UxP bloquearán su designación.