«Economía es una de las pocas profesiones donde uno puede errarle, errarle, errarle y seguir hablando con casi la misma autoridad. Si sos abogado y perdes todos los juicios, no te contrata más nadie; si sos médico, operas mal y no te contratan más. Aca dicen cualquier cosa y arrancan de cero con la misma autoridad». La frase corresponde a Luis Caputo, que es economista, ministro de Economía de Javier Milei y ex ministro y banquero en la era de Mauricio Macri

En las últimas horas, en una entrevista radial y aplicando su propia teoría, volvió a diagnosticar mal la situación económica del país, dijo que hay una recuperación de la actividad que se puede «acelerar», que la inflación es menor a la que pronostican las consultoras, que no tienen pensado devaluar y que hay en conversación un nuevo crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sus afirmaciones las desmienten los datos de actividad, los documentos de las propias empresas y consultoras y hasta el FMI, que vía su vocera negó que haya negociaciones con el gobierno de Milei. 

Un gesto preocupante que no sólo genera dudas sobre la comunicación de datos que hace el Ejecutivo sino que, además, le lima credibilidad a un ministro observado y con un competidor muy cercano, el flamante ministro de Desregulación con ansias de escalar, Federico Sturzenegger. Un dato interesante es que, tras sus dichos, volvió a dispararse 1 por ciento el dólar paralelo y casi 2 puntos los dólares financieros. Incluso el dólar cripto cotizó al alza, en una lectura negativa de las afirmaciones del ministro de Economía, que sigue sin reflejar un programa económico creíble. 

El mito de la «V»

Concretamente, el ministro especificó que «estamos en una etapa de recuperación que se puede acelerar. Todas las cámaras me dicen que ya ven claros indicios de recuperación». Y agregó que, en junio, «creció 18% la producción y venta automotriz, es un número fuerte». Esto último es curioso, no sólo porque los datos son falsos sino porque Caputo estuvo reunido hace menos de 48 horas con las empresas del sector. El último informe de ADEFA, la cámara de fabricantes de autos, muestra que, en junio, la producción de vehículos fue un 16,7 por ciento menor a la de mayo y un 40,2 inferior a la de junio del 2023. Las exportaciones, en tanto, cayeron 9,1 intermensual y 10,3 interanual. Mientras que las ventas mayoristas subieron 16 intermensual pero cayeron 26,7 contra junio del 23. Tanto es así que los datos de junio de ACARA, la cámara de concesionarias, muestra que las ventas en ese mes cayeron 14 por ciento intermensual y 25,5 interanual, y ya venían de un mayo muy malo. 

El caso autos, que es una industria que está abastecida por otras, como autopartes y metales, refleja por qué la industria no saca la cabeza. Caputo dijo que las cámaras empresarias le muestran cifras de mejora. Curioso: en los utimos datos de la Unión Industrial Argentina (UIA) se sigue viendo una caída de 14 puntos en la industria. Y es peor en cifras más actuales, como las del Índice de Producción Industrial del INDEC: en mayo, hubo una caída interanual del 14,8 y del 0,2, sin estacionalidad, contra el mes previo. Un dato extra: hoy, la Capacidad Instalada de la Industria está en 50 por ciento, es decir, de 10 máquinas hay sólo 5 trabajando. A fines del año pasado, había 7 de 10. 

El consumo y la construcción reflejan la misma caída sin límites. En los próximos días se conocerán datos de ventas en supermecados, que volverán a caer arriba de 10 puntos en junio, con la tendencia negativa extendida a julio. Desde que Milei es gobierno, según cifras de Scentia, no hubo un sólo mes con alza de ventas en comercios de canasta básica. 

Dos datos extra muy recientes que contradicen a Caputo: la construcción, demolida la obra pública sigue cayendo 40 por ciento. Y las ventas minoristas medidas por Came, que venía cayendo un 7,3 por ciento interanual en mayo, cayeron 21,9 por ciento interanual en junio. Todas estas cuestiones, a diferencia de lo que ve Caputo, las percibió como dudas el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que habló ayer ante empresarios del Consejo para el Comercio y la Producción (Cicyp), todos con muchas dudas sobre la nueva vieja etapa del programa económico.

El Fondo no sabe de qué se trata

Por otra parte, el ministro calificó a la relación con el FMI como “buenísima” e insistió en sostener que “estamos empezando a hablar del nuevo acuerdo para este año”. «En septiembre es mucho, pero seguro este año. Son fondos frescos», dijo Caputo y consideró que “el FMI recibió con beneplácito el nuevo programa monetario y lo aprobó en 48 horas”.

Un rato después de sus dichos radiales, en su habitual conferencia de prensa de los jueves, Julie Kozack, la portavoz del organismo, no sólo desmintió al funcionario nacional sino que salió a bancar a Rodrigo Valdés, el chileno que está al frente del Hemisferio Occidental del FMI y a quien Caputo pidió correr de su cargo. 

«El Board le tiene plena confianza a Valdes», dijo Kozak sobre un personaje que, según cuentan quienes saben, tiene una relación directa con Sturzenegger. Sobre el préstamo, Kozak lo negó de plano: «el staff entablará conversaciones sobre un posible nuevo acuerdo una vez que las autoridades lo soliciten formalmente. Y en esta etapa, no hay un cronograma específico para esas discusiones», manifestó. 

La ficción de la inflación y la devaluación

A horas de que el INDEC de a conocer la inflación de junio, Caputo adelantó que «estará por debajo del 5 por ciento», pero aclaró que es necesario mirar la núcleo (sin estacionales ni regulados) que estaría más cerca del 3. En la nota, deslizó que eso sería menos que lo que dicen las consultoras. El mismo Milei, en su discurso en la Bolsa de Comercio, aseguró que los privados estaban midiendo un 6 por ciento. 

La verdad es que ninguna consultora midió lo que el Gobierno dice. Camilo Tiscornia reportó 4,9, Focus Market 4,7, Libertad y Progreso 5,4, y el resto igual, entre ellas Eco Go, Analytica y LCG. Inclusive, el REM del Banco Central, que mide el IPC promedio de las consultoras de la City, reportó para junio un 5,2 de alza de precios. ¿Por qué entonces el gobierno muestra una épica sin cifras? Porque cualquiera sea el número, el IPC de junio será mayor al de mayo, lo cual titulará en los medios como un freno a un proceso de desinflación. Además, el IPC al alza, para un Gobierno sin dólares, acelerar la presión devaluatoria y se monta, en paralelo, a una recesión de dos dígitos que no frena. Es decir, la desinflación se da un escenario de gente sin plata. 

En la misma línea, Caputo aprovechó nuevamente la oportunidad para negar la posibilidad de una devaluación. “Venimos a cambiar esa conducta de creer que se gana competitividad devaluando, eso lo ha hecho Argentina toda la vida y así nos fue”, enfatizó. Sobre la evolución del tipo de cambio Caputo señaló que “de acá a diciembre, si vos querés especular y comprar dólares, probablemente los vas a tener que vender para pagar impuestos. El tipo de cambio libre va a ir a converger al oficial por un tema de escasez y ese va a ser un momento más indicado para salir del cepo”.

Caputo afirmó que “más importante que salir rápido del cepo es salir bien” y sostuvo que “se irá saliendo por etapas”. En su análisis añadió que “el tipo de cambio libre va a ir a converger al oficial por un tema de escasez y ese va a ser un momento más indicado para salir del cepo”. De todos modos, en otra imprecisión que demuestra que no hay plan, aseguró que «no se puede poner una fecha a la salida del cepo porque los actores van a especular y eso le va a jugar en contra al país. Por eso la decisión es ir levantando capas gradualmente”. 

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