La decisión de Javier Milei de vetar la ley que modifica el cálculo de la movilidad jubilatoria, está lejos de generar aceptación y resignación entre los bloques legislativos de la oposición. Es más, por estas horas está provocando una reacción en dirección contraria a la que le busca imprimirle el Presidente. En ese sentido, crece entre diputados y senadores la convicción de poder juntar los votos necesarios para que, una vez concretado el veto presidencial, insistir con la norma que beneficia a los jubilados y quede firme a pesar de la maniobra libertaria.

Milei tiene diez días hábiles para cumplir con su anuncio. El plazo corre a partir de que el Senado comunica a la Casa Rosada la sanción de la norma. Si el Presidente cumple con su anuncio, el Congreso puede aceptar la decisión del Ejecutivo o, por el contrario, insistir con el proyecto que deberá ser aprobado por los dos tercios de los legisladores presentes en cada Cámara legislativa. El texto normativo no se podrá modificar sino aprobar o rechazar. Este escenario, pocas veces concretado, puede en esta oportunidad ser realidad.

En Diputados, donde el proyecto se aprobó con 160 votos contra 72 por el rechazo, y 8 abstenciones. En ese momento estuvieron presentes 240 legisladores. En el caso del Senado, la norma se sancionó con 60 positivos contra 8 negativos, con lo cual en los dos casos se alcanzaron los dos tercios. Eso hace prever un mejor escenario en caso de tener que insistir con el proyecto.

Los bloques de Encuentro Federal, que preside Miguel Angel Pichetto, la Coalición Cívica a cargo de Juan Manuel López y la UCR ya anunciaron que buscarán rechazar el veto. 

Pichetto, que consideró un error la decisión presidencial, dijo que no se puede comparar el veto de la entonces presidenta Cristina Kirchner a la ley que aplicaba el 82 por ciento móvil con lo que ahora está sucediendo. Luego, el bloque en su conjunto emitió un comunicado ratificaron su «apoyo a la ley que busca recomponer los ingresos de los jubilados y darles previsibilidad, que fuera aprobada por una amplia mayoría en el Congreso». Es más, la bancada advirtió que «estamos comprometidos con la búsqueda del equilibrio fiscal, por el que hemos militado y trabajado desde que el hoy presidente era un comentarista mediático. Pero creemos que no hay un único camino para alcanzarlo. Por eso, en reiteradas ocasiones puntualizamos sobre la necesidad de que exista proporcionalidad en el sendero de baja del déficit».

Por su parte, desde el bloque de la Unión Cívica Radical dejaron saber que insistirán con la sanción del proyecto jubilatorio. Una de las razones es porque creen «en la necesidad del déficit cero pero no a costa de los haberes previsionales» proyecto. Es por que, como recordaron, impulsaron el dictamen que se aprobó junto a Encuentro Federal y la Coalición Cívica.

Desde el bloque del partido que creo en su momento Elisa Carrió, el diputado Maximiliano Ferraro señaló que el veto presidencial «revela un gobierno indiferente tanto a los jubilados como a la representación de los argentinos que ejercen ambas Cámaras», dijo el legislador a través de sus redes sociales. De hecho, advirtió que «licuar las jubilaciones es una estafa moral profunda; es atacar la capacidad de uno de los sectores más vulnerables y desprotegidos de la Argentina para acceder a alimentos y medicamentos, personas que han trabajado y contribuido con sus impuestos durante toda su vida».

Los que todavía no dijeron nada, pero se descuenta que van a insistir con la sanción de la ley, son los integrantes de Unión por la Patria. La decisión de la bancada que conduce Germán Martínez es esperar que el Poder Ejecutivo publique en el Boletín Oficial el veto presidencial. Algo similar ocurre con sus pares del Senado que conduce el formoseño José Mayans. Ambas bancadas van a insistir con el proyecto una vez que se conozca el veto. 

¿Será posible?

Las expresiones públicas de los bloques a favor de insistir con el proyecto no garantiza que se lo consiga. Sin duda que es positivo que las bancadas vayan adelantando su postura. En todo caso, el tiempo corre a favor del Poder Ejecutivo porque con el correr de los días tienen más posibilidad de convencer a algunos de que no se sumen a la insistencia.

En el caso de la Cámara baja hubo bloques que no votaron, como la izquierda, Producción y Trabajo y CREO que se terminaron absteniendo. La posibilidad de que estos ahora apoyen la insistencia puede mejorar las probabilidades, pero todo se sabrá el día que se convoque al recinto.

En el Senado hay un escenario similar. Los votos están pero no implica que sean inamovibles. De los siete representantes que tiene el PRO en la Cámara alta, seis votaron en general por la ley, pero en particular votaron en contra de aquellos artículos que había acordado con los libertarios rechazar. Entonces, de tener que definir si se insiste con el proyecto es probable que no se repitan aquellos seis votos positivos. La posibilidad de que por lo menos la mitad acompañe la insistencia por ahora es solo una expresión de deseo. Habrá que ver, por un lado, cómo evoluciona la relación entre Macri y Milei. Pero también será preciso ver cuán permeables son estos senadores a las críticas ante la posibilidad de que perjudiquen a los jubilados.

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