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Para Milei, no hay matemática que detenga el ajuste

«Los gobernadores tendrán que hacer un ajuste adicional de 60 mil millones de dólares». Más allá de todo lo que ajustó a las provincias en menos de diez meses de gestión, el presidente Javier Milei disparó esta orden parado sobre su atril, ante un grupo de legisladores que lo escuchaban presentar el Presupuesto 2025.El mandatario, que acusó al kirchnerismo de no saber sumar, se habría equivocado con la cifra que vociferó en el Congreso y este lunes, ante las críticas de gran parte de gobernadores que pusieron el grito en el cielo por lo delirante del número, desde Casa Rosada tuvieron que convocar a los gobernadores a una reunión que encabezaron el jefe de Gabinete, Guillermo Francos y el ministro de Economía, Luis Caputo, para decir que ese número no era real, e intentar bajar el tono a las palabras del jefe de Estado. 

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El presidente de la comisión de Presupuesto, José Luis Espert, en tanto, salió a aclarar que el recorte del gasto provincial debería ser de «20 mil millones de dólares», no 60 mil millones como dijo Milei, y que, para cumplir con esa meta, no hay un plazo establecido. «Intentaron apagar el incendio que prendió Milei anoche porque si llega a cortar la cifra que mencionó, directamente nos funde a todos», explicaron desde las provincias a este diario.

En un intento de arreglar los graves errores que el Presidente cometió con los números, Espert explicó que el gasto público total del gobierno nacional –sumado al de las provincias y al de los municipios– alcanzaría al 33 por ciento del PBI, estimado –según el presidente de la comisión de Presupuesto– en «600 mil millones de dólares». «De ese total, 14 por ciento lo gastan las provincias, es decir, 64 mil millones de dólares y de ahí tienen que hacer el recorte, que deberá ser 20 mil millones de dólares”, intentó aclarar, aunque sin poner plazos.

Cómo apagar el fuego

En Casa Rosada, en tanto, la reunión que este lunes encabezaron Francos y Caputo fue en la misma línea: «Trataron de desdramatizar lo de los 60 mil millones de dólares. Dijeron que la cifra no es tal, y que fue un modo que Milei encontró para graficar que va a hacer un ajuste muy grande«, contó uno de los gobernadores presentes a este diario. Otro de ellos agregó: «Lo de los 60 mil millones nadie sabe de dónde sale. En la reunión por Zoom los funcionarios relativizaron ese planteo del Presidente porque, incluso, en el Presupuesto no hay nada de eso escrito», indicó. 

Mientras Espert decía que en realidad el ajuste de las provincias tendrá que ser de «20 mil millones de dólares», –como si fuese poca cosa y como si fuera un detalle confundirse con 40 mil millones de dólares–, en Casa Rosada preferían no dar más números y decían: «Es una meta a alcanzar. Tal cual lo dijo el Presidente. No es para hacerlo en un año». 

Desde las provincias respondieron a los funcionarios que la mayoría de ellas no tienen déficit fiscal y que, por ende, no tienen de dónde más ajustar. Por otro lado, aclararon que, si Nación les devuelve todos los fondos que les corresponden y que fueron cortados de manera arbitraria desde que Milei asumió la presidencia–como el Fonid, el Fondo Compensador del Transporte, la obra pública, entre otros–, ellos funcionarían sin problemas.

«Si no nos sacan los recursos que nos corresponden nosotros funcionamos. ¿Cómo quieren que achiquemos si no tenemos déficit?», se quejaron. Espert, en tanto, opinó que “lo que tiene que venir es un gran ajuste de empleo público en provincias y municipios», y que «sin la colaboración de ellos no se llega ni en motoneta al gasto de 25 puntos del producto en lugar del 33 en el que estamos hoy”. Desde las provincias respondieron que eso sería imposible porque tres de cada cuatro empleados públicos prestan servicios esenciales. Es decir, son médicos, policías, enfermeros o médicos.

Desde Córdoba, en tanto, salieron a decir que están de acuerdo y apoyan «el ordenamiento macroeconómico», y que consideran importante que la Argentina tenga Presupuesto, por lo cuál «van a colaborar para que salga». Aclaran que cumplieron «ampliamente las metas de superávit», y que mantienen «bien en alto los reclamos por los fondos que nos corresponden por ley, como los de la Caja de Jubilaciones o las obras públicas comprometidas mediante convenios».

El grito en el cielo de los gobernadores

Después de los dichos de Milei ante un Congreso semivacío, desde la provincia de Buenos Aires salieron a responder. “En Buenos Aires no vamos a hacer el ajuste que pide”, dijo el ministro de gobierno Carlos Bianco y añadió que el ajuste implementado por el Gobierno nacional es “totalmente inútil e innecesario”. “Quieren que nosotros emulemos esa práctica, pero veamos los resultados que tuvieron a nivel nacional por llevar adelante ese ajuste brutal”, añadió y puntualizó: «La gente no pide que le pongamos cepo al Estado o que hagamos ajuste. Piden patrulleros, más insumos médicos, que agrandemos las escuelas, los productores, piden más caminos rurales, es decir, piden más Estado».

El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, también fue uno de los primeros que salió a repudiar los dichos de Milei. “Preocupa que se le siga pidiendo esfuerzo a las provincias”, dijo sobre el pedido del Presidente para que los Estados provinciales hagan un “ajuste adicional” de 60 mil millones de dólares. Luego indicó: “Hicimos todos los esfuerzos que teníamos que hacer y hasta hicimos un esfuerzo mucho mayor al que hizo el Gobierno nacional”. En esa línea, Pullaro expresó que “a Santa Fe le corresponderían alrededor de 5.500 millones de dólares y tenemos un presupuesto de 8.000 millones de dólares. Es realmente una frase grandilocuente, pero que está muy lejos de la realidad». Y disparó: “Santa Fe no va a ser un aporte más grande al Estado nacional, porque le aporta tres veces y media más de lo que vuelve del Estado nacional a la Provincia”. «Más esfuerzo no se puede hacer. No corresponde que nosotros hagamos más esfuerzo porque a Nación no le debemos nada, y Nación nos debe mucho a la provincia de Santa Fe», indicó. 

La respuesta de Casa Rosada

Francos y Caputo recibieron en la planta baja de la Casa de Gobierno a algunos gobernadores de manera presencial (estuvieron Rogelio Frigerio, de Entre Ríos y Hugo Passalacqua, de Misiones) y a otros por zoom –Raúl Jalil (Catamarca), Leandro Zdero (Chaco), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy), Alfredo Cornejo (Mendoza), Alberto Weretilneck (Río Negro), Gustavo Sáenz (Salta), Marcelo Orrego (San Juan), Claudio Poggi (San Luis), Claudio Vidal (Santa Cruz), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Sergio Ziliotto (La Pampa) y representantes de CABA, Córdoba, Corrientes y Neuquén.

Mientras eso ocurría, por los pasillos de la Casa Rosada –y muy cerca del «triángulo de hierro»–, se encargaban de aclarar que no van a modificar nada del Presupuesto enviado al Congreso y que, si los legisladores –muchos de ellos responden a los gobernadores– no lo querían aprobar, ese escenario será «el mejor» para el gobierno porque van a poder seguir ejecutando el Presupuesto de 2023 a su antojo. Dicen que en la Ley de Leyes que enviaron al Congreso «hay 3600 palos para obras», y que no negociarán para que la ley salga, como sí hicieron, por ejemplo, durante el tratamiento de la ley Bases.

En esa línea, algunos gobernadores aceptan que en el Presupuesto se incorporaron varias «obras clave», y entienden que eso lo habrían hecho desde la Casa Rosada para conseguir votos. Sin embargo, desde las provincias advierten: «Lo que prima hoy es el enojo y no sabemos si esta vez al gobierno le va a alcanzar con las promesas».

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