«No vaya a ser que nos gastemos todos los dólares de Vaca Muerta en financiar argentinos de alto poder adquisitivo viajando al exterior«, advirtieron los economistas Juan Manuel Telechea y Guido Zack en el portal de noticias Cenital, y por ahí va la cosa.

«La verdad no recuerdo otro momento donde la demanda de pasajes al exterior haya explotado de manera tan repentina«, afirma Julian Gurfinkiel, co-fundador de Turismocity, una autoridad en la materia. 

Y aporta datos. «Lo que explotó es la venta de vuelos internacionales, con un aumento del 50 por ciento interanual». «Destinos puntuales como Florianópolis o Río de Janeiro tuvieron incrementos del 500 por ciento», agrega. «Caribe es también de lo que más creció, 300 por ciento, y Santiago de Chile, 350«, completa.

La ola se refleja en las cuentas del Banco Central. El egreso neto de divisas por los viajes y gastos de argentinos en el exterior fue de 580 millones de dólares por mes en promedio entre mayo y septiembre, para saltar a 691 millones en octubre. Hasta ese mes, de todos modos, el balance era mejor que el de 2023, pero la tendencia cambió a partir de noviembre y se acrecienta en diciembre, según lo que registran operadores del sector.

La baja de los dólares financieros al rango de 1100 pesos y las ganancias que reporta la burbuja especulativa del «carry trade» desataron una fiesta en el segmento ABC1, en buena medida identificado con Javier Milei.

Es un revival de los ’90, con Yuyito González en el balcón de la Casa Rosada por si quedaban dudas. 

Fiesta

El Gobierno advierte, rodeado de ese público, que le será sencillo imponerse en las elecciones de 2025, también porque considera que la sensación de riqueza que experimentan quienes tienen capital para entrar a la fiesta derrama sobre el resto de la sociedad. 

En los ’90 también había trabajadores del sector formal que viajaban todos los años al exterior porque su salario se había vuelto alto en dólares. En aquel caso la ilusión se financió con la privatización de empresas -incluidas la petrolera y las energéticas, estrellas de esta época- y el endeudamiento salvaje, entre los factores principales. 

Ahora el blanqueo y el carry trade armaron la escena para unas vacaciones soñadas en otro país. La contracara es la misma que entonces, en términos generales: desindustrialización, aumento del desempleo, mayor desigualdad social, pérdida de derechos para las mayorías.

¿Y el desarrollo?

La pregunta sobre si no sería más conveniente utilizar esas divisas para promover el desarrollo nacional, con más infraestructura, más inversiones, más industria, más ciencia y tecnología, más trabajo, más salario, más educación, en lugar de dilapidarlas en vacaciones fuera del país, parece encontrar la misma respuesta que en la década menemista. «No jodan. Estamos disfrutando». 

Es lo que refleja la famosa foto de Luis Caputo en Río de Janeiro que acompaña esta nota, aunque aquella vez el ministro había huido a playas cariocas en medio de la explosión de la burbuja de la deuda que había armado con Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central, en 2016 y 2017. 

Ahora, como se mencionó más arriba, la apuesta es aguantar por lo menos hasta las elecciones del año que viene.

El Gobierno disfruta de los dólares en abundancia que provee Vaca Muerta. Siempre se supo que el gobierno que asumiera en 2023 empezaría a disponer de esos recursos, que ofrecen una oportunidad histórica para financiar políticas de crecimiento estructural, con una economía más desarrollada y con recuperación del tejido social. Algo así como lo que hizo Néstor Kirchner con los dólares de la soja desde 2003. Pero no. Javier Milei va por otro camino.

Números

Las exportaciones de petróleo y gas se ubicarán este año en torno a los 10 mil millones de dólares, contra un déficit del sector turismo que terminaría por arriba de los 6 mil millones, y contando. 

La participación de las exportaciones de hidrocarburos sobre el total de envíos al exterior alcanzó este año un nivel record. Trepó del 7 por ciento en 2021 al 13 por ciento en la actualidad, puntualiza el último informe de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE).

«El auge de la demanda internacional de recursos naturales de los que dispone nuestro país, en medio de la transición energética, constituye una oportunidad o un riesgo para el desarrollo, según cuál sea el marco de políticas que fijen los gobiernos nacionales», apunta el documento.

«Las reglas de juego pueden impulsar la creación de capacidades industriales y tecnológicas en torno a esos recursos o simplemente promover su extracción para los mercados mundiales», agrega.

La conclusión está a la vista. «Todo indica que las condiciones hoy vigentes en Argentina promueven el segundo camino. Se asiste, en efecto, al desmantelamiento de capacidades industriales, tecnológicas y profesionales, al tiempo que el RIGI ha resignado grados de libertad para estimular la participación en los eslabones de mayor valor agregado en las nuevas cadenas que genera la transición energética».

Dólar y precios

«Vacacionar en Mar del Plata puede costar hasta 35 % más que en Cancún y el doble que en Río de Janeiro«, alertó esta semana un relevamiento de la Fundación Ecosur.

El estudio comparó los precios de centros turísticos de Argentina, Brasil, Uruguay, México y Estados Unidos para una familia de cuatro personas, durante una quincena en enero de 2025. 

En cuanto a los gastos de estadía, que incluye el costo de un hotel tres estrellas, comidas, bebidas y transporte local, el costo de vacacionar en Mar del Plata es 35 por ciento mayor al de Cancún y casi el doble que el de Río de Janeiro. En tanto, en Punta del Este y Miami se da la situación inversa, ya que los valores son 8 y 57 por ciento más caros en esos destinos, respectivamente.

La apreciación del peso determinó que, expresado en dólares, el gasto en Mar del Plata para esa familia de cuatro integrantes sea de 6671 dólares, contra 3194 dólares en Río de Janeiro, 4364 en Cancún, 7225 en Punta del Este y 10.475 en Miami. 

Al incorporar los traslados ida y vuelta junto a un seguro de viaje, Río de Janeiro es solo 10 dólares más caro que veranear en Mar del Plata, mientras que en los demás destinos el costo se encarece y queda lejos de la opción nacional. Así, las vacaciones en Punta del Este, Cancún y Miami se vuelven 41, 69 y 169 por ciento más caras que en Mar del Plata.

De todos modos, son valores mucho más alcanzables que en otros momentos, como por ejemplo cuando explotan las burbujas especulativas o de endeudamiento de los modelos de la valorización financiera, y viajar al exterior se vuelve prohibitivo para casi todos.

Milei confía en que le pase como a Carlos Menem, que descargó el estallido social que sobrevino a esa situación en el gobierno posterior, los fatídicos 19 y 20 de diciembre de 2001.

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