El Gobierno tiene prisa por firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) pese a su condición de debilidad en las negociaciones. La clave será lo que ocurra después de octubre, respecto del manejo del esquema cambiario, en un contexto de inestabilidad propia de las elecciones de medio término e incertidumbre en el escenario internacional.