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Jorge Taiana: «Vamos por un país donde todos y todas vivan mejor»

Jorge Taiana es un hombre de fuertes convicciones, una cualidad que no conspira con otras características suyas como son el diálogo y la búsqueda de consensos. Es más, es muy probable que todo eso influyó a la hora de ser elegido, por todos los sectores internos del peronismo bonaerense, como el primer candidato a diputado nacional. En diálogo con Página/12, dio cuenta de su militancia por la libertad de Cristina Kirchner y destacó la importancia de la unidad alcanzada, una condición necesaria para «volver a representar a todos los sectores de la sociedad». En ese sentido, indicó que el peronismo tiene la capacidad y las condiciones para trabajar y generar las estrategias y políticas para lograr un país más justo, con menos desigualdad y donde se viva mejor.

–¿Cómo enfrenta el peronismo esta etapa de oposición, en campaña electoral y con Cristina Fernández de Kirchner presa?

–Y no se olvide proscripta, que no es lo mismo… No es sólo presa. Eso en el peronismo tiene un significado muy especial porque Perón estuvo proscripto mucho tiempo. Es un concepto para sacarte de la cancha políticamente. Por lo tanto, enfrentamos una campaña con esas condiciones y con algunas complejidades más. Porque el último gobierno que perdió la elección es uno que no logró cumplir los dos grandes requisitos que siempre cumple un gobierno peronista: mejorar el nivel salarial de los trabajadores y sacar al país de una crisis económica. Eso no se logró y crea una crisis profunda del peronismo que se da, además, en un momento de enorme cambio en el mundo, sobre todo en lo tecnológico que afecta la forma de producir, el trabajo, las relaciones sociales y genera una mayor desigualdad.

–¿Por qué se llega a este desprecio por el Estado de bienestar?

–Ha habido una larga pelea de la derecha por cuestionar el rol del Estado desde una versión presuntamente semi-anárquico liberal de su reducción, que en realidad es la reducción de cierto Estado o de cierta parte del Estado, pero es su fortalecimiento en todo lo que beneficia a los poderosos y todo lo que tenga que ver con lo represivo o sea, no es un un simple achicamiento, buscan un Estado que no proteja a los más débiles.

–Milei dice eliminarlo…

–Pero eso es mentira, él necesita un Estado represivo y que financieramente apoye los negocios de los poderosos. Todo es pura propaganda y aprovecha que la gente compra ese discurso ante la ineficacia del Estado y ante la dificultad de proveer una serie de apoyos sociales.

–Después de la derrota del 23 el peronismo parece haber encontrado la unidad.

–Es un paso muy importante haber construido una lista que tiene mucho de consenso porque todo proceso de derrota implica un principio de dispersión de la propia fuerza. Ese proceso se da, además, en el medio de grandes transformaciones y tiende a que sea todo más severo. Entonces, lo primero es reagruparse y para lograrlo hay que ir buscando elementos en común, hay que conversar y tener estrategias para el futuro. Nada en la política se arregla discutiendo sobre el pasado. El pasado es importante porque da experiencia, pero nada de eso tiene validez si no sirve para la construcción del futuro y para las propuestas.

–¿Cuáles son los proyectos o los puntos clave más allá de lo que viene siendo hasta ahora la campaña, que es enfrentar la motosierra?

–Hay varios y, además, tenemos una campaña que es provincia por provincia. Es un partido que está buscando recuperar una perspectiva federal y nacional y ese proceso lleva su tiempo de maduración. Lo que está claro es que primero deberemos poner un acuerdo en alguna cosa básica defensiva, pero eso es insuficiente. El gobierno de Milei logró una estabilidad con números macroeconómicos que son ficticios porque se basan en el incumplimiento de obligaciones básicas del Estado. Eso lo hace con las provincias, con los salarios, con los jubilados y con los manejos financieros que nos está metiendo en una bicicleta que no se sabe como la va a poder parar. Es un gobierno que cierra Vialidad cuando somos el octavo país del mundo en extensión. Tenemos que contar cuál es ese modelo del país que queremos y en qué mundo lo vamos a insertar. Defender el INTI y el INTA, la agricultura familiar y el Conicet.

–¿Cómo se trabaja para aumentar la participación electoral?

–Haciendo algo que hacía el peronismo, y que actualizó mucho el Papa Francisco: hay que escuchar. Cristina dijo algo más, que es volver a representar a un conjunto mucho más complejo, fragmentado y con mucha más diversidad. Si no escuchamos y no sabemos qué le preocupa a la gente y cuáles son sus prioridades, estamos mal. Las listas son el esfuerzo de tratar de que todas las voces estén incluidas y enriquecer la propuesta. Tenemos que tener muchos proyectos y movilizar, sobre todo, a un sector importante de la población que está muy desmotivado. En Argentina solía votar el 70 por ciento del padrón. Eso muestra una insatisfacción con la capacidad de la acción política para transformar la realidad políticamente. En una sociedad democrática, la mayoría solo puede buscar el cambio a través del voto. Los que pueden lograr cambios sin votos son los poderosos. En este escenario, nuestro objetivo es volver a representar a todos los sectores de la sociedad.

–Usted tiene enfrente a José Luis Espert cuya frase de cabecera es «cárcel o bala» ¿Cómo confronta eso?

–Hay que discutir las ideas. Los insultos ni vale la pena contestarlos. Está claro que en Argentina tenemos problemas de seguridad. Y esos problemas de seguridad tienen una paradoja. Si bien la tasa de homicidios es bastante baja, crecen otro tipo de delitos que afectan mucho la seguridad como las entraderas y eso requiere de una estrategia que no es sólo económico-social. Las mejores condiciones de vida disminuyen el delito. Eso está probado en casi todas partes. Después está la política de seguridad, que hay que desarrollar y tiene que ser exitosa. Las políticas de seguridad requieren de prevención, equipamiento, recursos y una política que haga participar a la sociedad. No es una cuestión meramente represiva. Por eso lo del cárcel y bala es simplemente una frase que auspicia el delito, pero que no resuelve el problema de seguridad.

–El gobierno busca nacionalizar la elección, incluso la de septiembre, y ha puesto al kirchnerismo como los representantes del mal?

–Los peronistas hemos sido representantes del mal mucho tiempo. Dicen que el peronismo es violento porque hizo la resistencia peronista, pero no te cuentan que ellos bombardearon la Plaza de Mayo y mataron a 400 personas, entre ellos, nueve granaderos. A mí no me asusta que nos pongan en ese rincón, crecí durante todo el periodo de proscripción del peronismo. Sé lo que es la persecución. Me parece que hay que combatirlo y enfrentarlo con la verdad. Nosotros tenemos objetivos, queremos un país distinto, un país más justo y en donde la mayoría de los argentinos vivan mejor.

–El gobierno bonaerense está bajo ataque permanente. ¿Está muy sola la provincia en relación con los otros gobernadores?

–Estamos viendo un cambio en eso. El gobierno de la provincia ha hecho un esfuerzo muy grande en mantener políticas que no impliquen lo que exige el gobierno federal de castigar los que menos tienen. Ha hecho un esfuerzo para que no suceda eso y vemos que da resultado porque la posición de los gobernadores no es la misma ahora que hace tres meses. Enviaron leyes al Congreso para ponerle freno al gobierno. Eso va a tener una cierta definición en el corto plazo importante en el proceso electoral.

–Usted hablaba de recuperar un Estado más seguro que garantice una mejor calidad de vida. ¿Ese Estado más seguro incluye la libertad de Cristina?

–Sí, seguro.

–¿Y eso cómo se logra?

–Yo formo parte de un comité internacional por la libertad de Cristina. Eso hace una parte. La otra parte es interna. Hay una cierta parte jurídica y también la posibilidad de sanciones legislativas. Es un proceso. Pero lo que está claro es que la prisión de Cristina es la prueba del deterioro de la democracia en la Argentina y de la falta de independencia de los poderes. Hay que debatirlo también con la sociedad. La libertad de Cristina tiene que ver con la plenitud o la mayor vigencia de la democracia argentina. Es como lo de la proscripción del peronismo. No es bueno, no sólo para Cristina, sino para todos. Los peronistas tenemos mucha experiencia en persecución y en proscripción. Hemos luchado contra ella muchos años. Y al final hemos triunfado. Así que yo creo que vamos a triunfar.

–En algún momento se habló de la posibilidad de que algún intendente, como Federico Achaval o Mariel Fernández, encabece la lista de diputados nacionales. ¿Qué pasó?

–Se eligió una figura política. Los intendentes tienen una tarea muy importante por hacer y los que tengan más aspiraciones o intereses en seguir progresando en su carrera o tener mayores responsabilidades el mejor lugar que tienen para hacerlo son esas intendencias. Yo conozco intendencias muy buenas. Las dos que mencionó, con distintas realidades, son muy buenas.

–En la lista también tuvo lugar el espacio de Juan Grabois…

–Juan es un compañero que conozco desde hace muchos años, tengo un gran respeto por él y una muy buena amistad. Todos vamos a trabajar y complementarnos bien. Las características que pueden ser de carácter personal me parece que son menores frente a las coincidencias estratégicas que tenemos. Hay algo muy profundo que nos une que es qué tipo de país pensamos. Un país con mucha más justicia, más participación y con mucha menos desigualdad.

–¿El sector de Kicillof quedó bien representado? Él lo mencionó a usted como candidato.

–Las candidaturas no son un reparto o tienen dueños. Representan realidades. Yo tengo el apoyo de diferentes sectores. He trabajado por la unidad muchos años y especialmente después de la derrota. He recorrido bastante la provincia y otras provincias llevando ese mensaje, el mensaje de la unidad.

–¿Desdoblar fue una buena decisión?

–Eso lo veremos. El desdoblamiento va a hacer que la primera elección tenga un contenido más local ligado a lo inmediato, pero, al mismo tiempo, puede ayudarnos a ir elevando el nivel de participación. Es nuestra responsabilidad política mantener ese impulso.

Una visita a San José 1111

–¿Lo llamó Cristina Kirchner para decirle que sería el candidato?

–Sí, hablé con ella. Pero además, con ella hablo mucho. Tenemos un buen vínculo.

–¿La fue a ver a San José 1111?

–No. Hablé varias veces, pero no fui.Pedí estar en la lista, pero quiero ir a verla no por lo político, quiero ir a verla porque ella está presa. Yo estuve preso mucho tiempo y sé que a los presos les gusta que los visiten.

–¿Cómo la escuchó?

–Muy bien. Además tengo una muy buena relación con ella en lo personal. Me divierto hablando con ella y ella conmigo.

–¿Y con Axel Kicillof habló sobre la candidatura?

–Sí, por supuesto. Vengo hablando y vengo haciendo cosas en la provincia. Estuve en la comisión del canal Magdalena, que es un tema que yo impulsé cuando fui senador. Eso es algo que hay que tener muy presente en la campaña. La cuestión de la defensa de la soberanía.

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