La justicia federal convocó para este jueves a declarar a las dos colaboradoras del diputado nacional de Juntos por el Cambio (JxC) Gerardo Milman que lo acompañaron el 30 de agosto en la confitería Casablanca cuando, según un testigo de la causa, habría hecho referencias al ataque contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner que ocurriría dos días después.
La convocatoria fue dispuesta por el fiscal federal Carlos Rívolo, quien se encuentra al frente de la investigación desde la semana pasada por decisión de la jueza María Eugenia Capuchetti, que le delegó la instrucción en medio de fuertes críticas de la querella, informaron fuentes judiciales.
Las colaboradoras de Milman son Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz, quienes ya declararon en el expediente.
Por las contradicciones en sus testimonios en relación a sus respectivas presencias en la confitería Casablanca y las versiones que dieron sobre la conversación que mantuvieron con Milman, motivaron que la querella que representa en esta causa a la Vicepresidenta solicitara que a estas dos colaboradoras del legislador se les secuestren sus teléfonos celulares.
Fue la negativa a realizar esa medida de prueba la que generó las más fuertes criticas de los abogados de la querella, José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, hacia el trabajo de la jueza Capuchetti, al punto de que reclamaron su apartamiento de la causa.
Los abogados de la querella llegaron con el reclamo del secuestro de los celulares hasta la Cámara Federal porteña que el viernes pasado emitió una resolución en la que señaló que era una medida procedente pero que antes debían llevarse a cabo otras, que tenían que ver con declaraciones testimoniales.
«Camino a la costa»
La pista Milman se inició el 23 de septiembre a las 17, cuando Jorge Abello, asesor del Frente de Todos en la Cámara de Diputados, se presentó en los tribunales federales de Comodoro Py y aseguró ante la jueza Capuchetti que había escuchado al legislador referirse a un eventual atentado antes de que ocurriera.
Abello aseguró que el 30 de agosto, 48 horas antes de que se concretara el atentado fallido, escuchó a Milman decirle a dos colaboradoras la siguiente frase, entre risas: «Cuando la maten yo voy a estar camino a la costa».
La investigación de esa pista permitió confirmar que Abello, Milman y sus dos colaboradoras coincidieron en la confitería Casablanca, ubicada a metros del Congreso, el día señalado por el testigo; aunque hasta el momento no hubo nadie más que el que hubiera escuchado esa frase en boca del diputado de Juntos por el Cambio.
El lunes se produjo otra testimonial en relación a esta pista que fue informada por Télam: el diputado nacional Marcos Cleri (Frente de Todos) exhibió el mensaje que recibió de parte de un asesor que le dijo haber escuchado a Milman referirse al ataque fallido antes de que ocurriera. El dato más relevante tiene que ver con la hora de aquel mensaje, ya que lo recibió instantes después de que trascendiera la noticia del intento de magnicidio.
Intento de magnicidio
«Marcos ayer cuando salí de tu oficina fui con mi cuñado a comer a Casablanca. Al lado mío estaba Milmann (sic) con dos pibas y graciosamente decía cuando la maten yo estoy camino a la costa. Y se mataban de risa», decía el primero de cuatro mensajes consecutivos que Jorge Abello (asesor de la Cámara de Diputados) le envió por WhatsApp a Cleri el 1 de septiembre desde las 22.36, informaron fuentes judiciales.
«Créeme estoy temblando», decía el cuarto mensaje que Cleri recibió de Abello menos de dos horas después de que se conociera la noticia de que un hombre de 35 años (Fernando André Sabag Montiel) había intentado matar a la vicepresidenta en la puerta del edificio en el que vivía en Recoleta, ante la mirada de los manifestantes que habían ido a expresarle su apoyo y de las cámaras de televisión que registraban el momento.
Según pudo reconstruir esta agencia, Cleri explicó que el 7 de septiembre se los reenvió a dos compañeros suyos de la Cámara de Diputados y al «equipo jurídico» de la Vicepresidenta (que por entonces no era querellante en la causa), a la vez que esperó a que el propio emisor de los mensajes (Abello) se presentara en la justicia para luego hacerlo él.