La Oficina de Evaluación Independiente del FMI investigará el paquete que entregó a la administración de Cambiemos en 2018 y que actualmente está siendo renegociado.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene en carpeta una posible nueva investigación interna sobre el mega préstamo otorgado a la Argentina en 2018, bajo la presidencia de Mauricio Macri.
Así, el FMI avanza con la autocrítica respecto al monto récord que entregó al gobierno de Macri y que la administración central intenta negociar hace seis meses una reestructuración de los 45.000 millones de dólares.
«En diciembre de 2015, un nuevo gobierno argentino liberó rápidamente las restricciones a los movimientos de capitales. El staff no tuvo mucha chance de alertar antes de las medidas, pero los documentos internos tampoco advirtieron estas preocupaciones y estas cuestiones no aparecieron en las consultas del Artículo IV de 2016 y 2017, incluso cuando el país experimentó una salida muy fuerte de capitales y un freno en el endeudamiento de corto plazo”, y agregó: “El staff del Fondo podría haber sido más enérgico en alertar sobre los riesgos involucrados en la eliminación rápida de las restricciones del movimiento de capitales y sobre la necesidad de fortalecer el marco macroeconómico para que sea consistente con una cuenta capital abierta».
Respecto a este mega-paquete del FMI, el ministro de Economía Martín Guzmán y el periodista Marcelo Bonelli tuvieron un cruce televisivo. Bonelli comenzó esgrimiendo que dentro del oficialismo hay quienes afirman que «No nos conviene hacer un acuerdo con el Fondo porque es un año electoral, nos van a pedir ajuste y vamos a perder la elección».
«¿Cuánto le debemos al Fondo Monetario Internacional?», replicó Guzmán. «54 mil» contestó Bonelli, a lo que el funcionario retrucó: «El gobierno anterior tomó un préstamo de alrededor de 55 mil. ¿En qué momento pasó eso?». «Con Macri», afirmó el periodista. “¿Y para que se usó esa plata?”, volvió a preguntar Guzmán. “No sé, parte se fugó. Y parte se intentó recomponer reservas”, intentó explicar. El ministro recogió el guante y concluyó: «Se podría haber reconstruido toda la infraestructura del país. No quedó nada. Ahora hay que resolver este problema».