Con números que mejoran respecto a 2020 pero representan un tercio de la producción de 2014, cuando se registraron los porcentajes más altos, el sector editorial registra una mejoría en el volumen de publicaciones lanzadas durante 2021, lo que se traduce en 34.256 novedades y un crecimiento de los libros infantiles, juveniles y didácticos, según un informe la de Cámara Argentina del Libro (CAL), difundido en una presentación donde integrantes de la entidad expresaron su disidencia con algunas de las críticas realizadas por el escritor Guillermo Saccomanno durante el discurso de apertura de la Feria del Libro.
El análisis de la producción editorial del 2021 fue dado a conocer hoy por Martin Gremmelspacher, presidente de la CAL; y otros editores e integrantes de la institución como Ezequiel Bajder y Juan Manuel Pampín, quienes destacaron que en estos 6 días que lleva abierta al público la Feria se desarrolla en un buen clima y altísima concurrencia, como la que el sábado pasado rompió los récords de asistencia.
El informe destaca un incremento del 24% en las publicaciones totales, con fuerte impronta de las ventas institucionales y ediciones de instituciones públicas que tuvieron un rol clave en ese crecimiento, así como también las publicaciones digitales continúan teniendo una proporción superior a la histórica sumando un 32% del total.
Concretamente en cantidad de ejemplares, en 2021 sobre un total de 23.149 publicaciones que se editaron por primera vez en soporte papel, se declaró una tirada total de 43.602.115 ejemplares. Este dato permite advertir una caída del 47% respecto del 2015 -cuando comienza el declive de la tirada- pero también un aumento del 69% respecto del año 2020. En ese sentido fue 2014 cuando se alcanzó el número más alto: 129 millones de ejemplares.
Gremmelspacher aclaró que los datos presentados se corresponden a las novedades registradas en el ISBN (número Internacional normalizado para libros), donde no están incluidas las reimpresiones.
Con respecto a quiénes son los encargados de las publicaciones, los agentes editores, el relevamiento arrojó que el sector editorial comercial, compuesto por 317 editoriales, es responsable del 34%, las empresas de servicios editoriales concentran un 19%, la autoedición alcanza un 14%, el de microemprendimientos editoriales un 11%, un 3% el circuito de kioscos y un 20% representa las ediciones institucionales y las ventas institucionales.
En relación a cantidad de ejemplares producidos en la primera edición por el sector editorial comercial, el 38% de las novedades de empresas, cuya principal actividad es la edición, se lanzaron con una primera tirada que no superó los 600 ejemplares, una suma que difícilmente cubra la plaza de dos ejemplares por librería (solamente en la Ciudad de Buenos Aires).
Las traducciones no ofrecieron grandes cambios con respecto a 2021, ya que el inglés continúa siendo el idioma de origen más habitual a traducir /14%), el alemán (5%) y el portugués y el italiano (ambos con el 4%).
¿Cuáles son las temáticas que más se publican? Encabezan los ejemplares infantiles, juveniles y didácticos (24%), siguen la ficción y temas afines (13%) y completan la lista derecho, sociedad y ciencias sociales, biografías, literatura y estudios literarios.
Que las producciones se concentren en los lectores más chicos y en los jóvenes es una buena noticia para los editores, ya que marca que las nuevas generaciones están fuertemente atravesadas por la cultura digital y siguen recurriendo al libro en papel como soporte de lectura.
La concentración también es un punto abordado en el informe, donde el 60% está representado por grupos editoriales y el 40% por pymes independientes. En este punto se puede ver que las librerías son el principal cliente, esto es: son las principales vías de distribución para la primera tirada de novedades, tanto para los grandes grupos como para las pymes.
Si bien la venta digital sigue creciendo y Mercado Libre concentra esa modalidad llevándose un 13%, Gremmelspacher anunció que la CAL firmó un convenio con el Banco Nación para poner en marcha una plataforma o marketplace para la venta de libros que no se lleve ese porcentaje y a su vez quede en el área editorial.
«También va ser una forma de generar información para gestionar y pensar iniciativas para el sector», explicó el presidente de la CAL quien contó que si bien el acuerdo ya está firmado se espera que en seis meses esté disponible la web, gerenciada por la institución, en la que se comercializarán libros hechos en Argentina.
El comercio exterior del libro ocupó otro punto del informe y los datos demuestran que en 2021 hubo una leve recuperación de las exportaciones 21,3 millones de dólares contra 18 millones en 2020; mientras que las importaciones pasaron de 39,5 en 2020 a 38,6 en 2021.
«Uno defiende que se produzca en Argentina pero también como editores defendemos la bibliodiversidad», planteó el titular de la CAL al señalar que muchas veces hay trabas a poder acceder a libros cuyos derechos de autor los tienen sellos de afuera e identificó en el vínculo «editor-distribuidor» ese punto de conflicto.
Los editores destacaron las compras del ministerio de Educación como un factor clave para el sector y señalaron que las últimas compras fueron de 7 millones de ejemplares para primaria y este año esos libros se los quedan los alumnos y alumnas y no las escuelas.
Criticas al discuro de Saccomanno
Por otro lado, en la conferencia, realizada en el salón de protocolos de la Rural, los editores se refirieron al discurso del escritor Guillermo Saccomanno en la inauguración y marcaron discrepancias con dos puntos referidos a su postura: la definición de los editores como «chupasangres» y la clasificación de la feria como evento comercial y no cultural.
Gremmelspacher aseveró que las relaciones entre autores y editores era «necesaria» y suelen ser vínculos de «cercanía y amistad» y las diferenció del «aprovechamiento» mencionado por el autor de «Cámara Gesell«, quien indicó durante el discurso de inauguración que los autores estaban «en desventaja» al ofrecer su sangre («no otra cosa es la tinta», dijo) y que el editor «es propietario de un banco de sangre compuesto por un arsenal de títulos publicados siempre en condiciones desfavorables para quienes terminan donando prácticamente su obra».
«Las pymes somos scouts de las grandes editoriales», coincidieron al remarcar que muchas veces esos grandes sellos son los que van detrás de las publicaciones de autores y autoras que dan a conocer las editoriales más pequeñas.
A su vez, el otro punto con el que mostraron diferencias fue respecto a la idea de que la Feria implicaba quedaba reducida a un afán comercial. «Esta es una Feria de la industria, y no de la cultura aunque la misma se adjudique este rol», sostuvo el escritor en su discurso.
Gremmelspacher indicó que separar «lo comercial de lo cultural es naif» y subrayó el aspecto cultural de la Feria: «En estos 21 días se hacen 1500 actos culturales de toda índole en los que participa una persona y los que llenan las salas, muchos relacionados con la cultura de los países que nos vienen a visitar».
Los editores resaltaron que se trata de «una feria cultural en la que hay comercio pero es una feria cultural», remarcaron. Y añadieron que se sienten «actores culturales, ya que creemos y confiamos en la cultura», expresó el presidente de la CAL y responsable de la editorial Bonum.
Durante la conferencia se anunció también que el mes que viene se conocerá un informe centrado en librerías y apuntaron un dato: las ventas en el sector editorial en este primer trimestre se están llegando a niveles prepandemia, es decir, el primer trimestre de 2019.