El plan de Javier Milei de recortar todo lo que huela a Estado llegó, también, a la ciencia. Es que en el país que se imagina el diputado ultraderechista no hay lugar para los científicos ni los investigadores, al proponer cerrar -entre otras cosas- cerrar el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

El anuncio de Milei llegó en su lugar favorito: la televisión. Allí, en un diálogo surrealista con un periodista de LN+, el exasesor de Bussi se preguntó «qué generan» los científicos y que «deberán ganar el pan con el sudor de la frente».

El anuncio fue así:

-Que la Ciencia y la Tecnología queden en mano del sector privado -dijo Milei, mientras tachaba del organigrama al Ministerio.

-¿Y el Conicet? -consultó el periodista.

-Que quede en manos del sector privado -añadió Milei.

-Vas a tener un despelote -agregó el presentador, con risa socorrona.

-Que se ganen la plata sirviendo al prójimo con bienes de mejor calidad y mejor precio, como hace la gente de bien-, completó el diputado neoliberal.

Luego, al ser consultado por el futuro de los cientos de miles de investigadores y científicos que trabajan en el Conicet, Milei agregó: «¿Qué productividad tienen?, ¿qué han generado los científicos?».

Cavallo tiene quien le siga los pasos

El discurso de Milei tiene sintonía con lo que pregonaba Cavallo en la década del noventa, plena etapa de desinversión de la ciencia, con cierre de institutos y una de las fugas de cerebro más importantes de la historia de nuestro país.

En 1994, el entonces ministro de Economía de Argentina, Domingo Cavallo, manda a “lavar los platos” públicamente a Susana Torrado, una investigadora del CONICET ante los reclamos de mejores salarios.

Hoy tiene quien le siga los pasos.

La palabra de uno de los investigadores del Conicet

«Si el candidato libertario busca terminar con la justicia social – objetivo que se persigue desde Alsogaray a fines de los 50 en el altar del mercado autoregulado -, tambien necesita aniquilar a las ciencias y a los y las cientificas que creen que otro pais mas justo es posible. Destruir al Conicet y las Universidades publicas son un nuevo intento de ampliar el negocio y el control tecnologico a los grandes grupos economicos y financieros. Ellos quieren decidir que ciencias son utiles para sus ganancias . Es tambien destruir la investigacion solidaria, critica y de calidad que nutre y da fuerza a nuestra sociedad , a nuestro desarrollo productivo nacional y a nuestra Argentina. Son tiempos de sumar y no de dinamitar», firma Fortunato Mallimaci, Investigador Superior CONICET y Profesor Emerito de la UBA.

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