El oficialismo, por estas horas, está recluido y trabajando de manera intensa para terminar de procesar lo que ocurrió el domingo y, con un análisis claro, volver a salir a la cancha. Todos los equipos técnicos y políticos de Unión por la Patria (UxP) se encuentran analizando los números de cada distrito, los porcentajes, los cortes de boleta y los datos de los que no fueron a votar, para diagramar un esquema nuevo y encarar el camino que queda hasta las elecciones generales de octubre de otra manera. El objetivo central de este tramo de la campaña será entrar en el ballottage. «A Milei lo votaron dos de cada 10 argentinos que estaban habilitados para votar. No estamos hablando de una hegemonía. Hay un universo de votos para ir a buscar«, repetían los que integran la mesa de arena de UxP y, de paso, para levantarse el ánimo. El punto clave para ir en busca de aquellos que en esta elección quedaron «huérfanos» y vencer la apatía de los que no quisieron ir a las urnas será buscar las condiciones para mejorar la situación de los salarios que, luego de la devaluación que el gobierno aplicó el lunes, sufrirán un embate aún mayor del que venían padeciendo.

«Había una necesidad de pagar todos los costos juntos. Ahora se sacó de encima lo de la devaluación y podrá tomar medidas para el bolsillo«, apuestan algunos dirigentes del gobierno, pero sin certezas. Recuerdan que Massa habló en las últimas semanas «muchas veces» de la suma fija, y confían que el alivio para tomar esa serie de medidas llegará cuando entren al país los desembolsos prometidos por el Fondo Monetario Internacional. Uno sería por 8 mil millones –llegaría el 23 de agosto– y otro por 2250 –la primera semana de noviembre–. Con eso en la mira, distintos dirigentes de UxP ya salieron a polarizar de lleno con Javier Milei, el libertario que sacó el 30 por ciento de los votos en la PASO y que, de a poco, comienza a moderar su discurso.

Activar las provincias

Una de las claves de cara a octubre será que los gobernadores peronistas reactiven la maquinaria en sus distritos y reviertan los magros números que la mayoría de ellos obtuvo el domingo en sus distritos. El mapa habló con contundencia: 16 de las 24 provincias se pintaron de violeta. Algunas de ellas, incluso, distritos en los que gana el peronismo históricamente como Tucumán y La Pampa. «En las generales se activa toda la maquinaria y se ordena la situación de las provincias porque los gobernadores van a tener que salir a militar con contundencia», reflexionan desde el gobierno y algunos dirigentes de peso arriesgan: «se prenden fuego las provincias si gana Milei, no es algo gradual con lo que se pueda negociar». «Los gobernadores tienen que reflexionar para las elecciones generales porque el proyecto de Milei es eliminar la coparticipación, tal como era la idea de López Murphy, y ¿cómo van a gobernar los municipios con un escenario de esas características?», resumen desde UxP. Además, en una mala elección provincial, los gobernadores perderían legisladores nacionales, que en la mayoría de los casos responden a ellos, y por ende, también perderían influencia y poder de negociación a nivel nacional, gobierne quien gobierne desde el 10 de diciembre.

«La situación de las provincias se puede revertir y el ejemplo es que en los distritos que hubo elección provincial el mismo día nos fue bien», dicen en el oficialismo haciendo referencia a Catamarca, por ejemplo, donde Jalil sacó el 54.95 por ciento de los votos. Chaco, otro territorio que está cercano a la elección local, también tuvo un buen desempeño porque Jorge Capitanich está trabajando a destajo para remontar un resultado adverso que tuvo en las PASO, tras el caso de Cecilia Strzyzowski. Ese esfuerzo tendrá que replicarse en el resto de los distritos.

Calculadora en mano

En UxP, mientras reconfiguran la estrategia, intentan sostener el optimismo. Destacan que consiguieron estar «a solo tres puntos del que ganó», y que, en ese sentido, les fue mejor de lo que pensaban. Ellos creían que iban a tener una distancia mayor con el que salga primero. Eso sí, no se imaginaban que el primer lugar iba a ser para Milei. Repiten confiados: «Milei no perforó el techo de cristal de la política como para convertirse en una fuerza hegemónica, porque sacó solo 2 votos de cada 10 de los que estaban habilitados para votar». «Entre nosotros y Bullrich hay 230 mil votos y entre nosotros y Milei unos 600 mil», reflexionan y destacan que «hay muy poca diferencia de votos entre los tres y nosotros podemos salir a buscar para crecer, cosa que está más complicada para ellos». Calculadora en mano, en el oficialismo hacen cuentas: «Schiaretti tuvo unos 900 mil votos, Moreno unos 189 mil… ya con eso dejás afuera a Bullrich», se ilusionan.

Además, destacan que hay unos 180 mil votos de los intendentes del conurbano que fueron para ellos, pero no para la fórmula presidencial porque hubo corte de boleta a favor de Milei. También creen poder recuperarlos. «Después, –añaden– están todos los que no votaron». En las PASO presidenciales de 2019, recuerdan que votó el 76,40 del padrón y en las generales el 80. Ahora lo hizo el 69. Es decir, tienen más de 10 puntos para crecer si logran que vaya a votar la misma cantidad de personas que fue en las últimas presidenciales y los acompañan. «Un punto son 200 mil votos, es decir, el 10 por ciento serían cerca de dos millones de votos más», puntualizan. La clave, aclaran, es, además de activar la maquinaria en las provincias; polarizar de lleno con Milei y explicar el peligro real que significaría su gobierno «incluso para sus propios militantes», centralmente «acompañar todo con una recuperación del poder adquisitivo», caso contrario, el escenario será negro.

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