La vicepresidenta Victoria Villarruel hizo retirar este viernes el busto del fallecido  expresidente Néstor Kirchner de uno de los salones del Congreso. Para argumentar su decisión, Villarruel dijo que Kirchner no tiene nada que ver con el Senado: «No fue senador, no fue vicepresidente y yo no soy su viuda».

Uno de los que salió al cruce de Villarruel fue el jefe de bloque de Unión por la Patria, José Mayans, que comparó la quita del busto de Kirchner con la demolición del Palacio Unzué. Se trata de la casa en la que vivió Juan Domingo Perón y que fue demolida tras el golpe de 1955.

En esa línea, Villarruel retrucó: «Está en el archivo el busto, les avisamos precedentemente que se lo iba a sacar», y que «aquí tiene que haber igualdad de todos los espacios. Simplemente por esa razón».

La hoy vicepresidenta es una connotada apologista de la dictadura militar. Hija y sobrina de oficiales del Ejército involucrados en la represión ilegal, abogó en los últimos por la «memoria completa» en una derivación de la teoría de los dos demonios por la cual las Fuerzas Armadas no practicaron terrorismo de Estado. Así, se convirtió en un rostro del negacionismo.

La irrupción de Villarruel se dio en los años del kirchnerismo, cuya marca de origen en derechos humanos fue el retiro de los retratos de Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone del Colegio Militar, el 24 de marzo de 2004. Con su gesto de este viernes, cargado de revanchismo, la número dos del Ejecutivo quizás sienta que cumple un rol similar.

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