Entonces, a partir de la medianoche del jueves en la ciudad y provincia de Buenos Aires, la nafta súper subirá alrededor de 35 pesos y el litro costará alrededor de 320 pesos, según la estación en que se cargue. El gasoil, en tanto, costará 23 pesos más caro.
Esta vez, el argumento esgrimido en el Decreto 107/2024 que da luz verde al encarecimiento es una suba en el impuesto al combustible líquido y al dióxido de carbono que, según explicó el gobierno nacional, está frenado desde la administración anterior y etcétera, etcétera.
En rigor, el incremento tiene que ver con la política de ajustes de precios irrefrenables que el gobierno liberó en todos los sectores y no solo con la carga impositiva que recae sobre las petroleras.
El último aumento de combustibles registrado a principios de mes tuvo el mismo argumento: una suba en el impuesto a los combustibles que hizo trepar a todos los derivados un 6,5 por ciento mínimo.
Pero los aumentos no terminarán el viernes próximo. Con el mismo argumento del impuesto al combustible, volverán a subir en los tres primeros días de abril y mayo. Los costos serán dispares en los surtidores de las estaciones de servicio, según la empresa que distribuya.