Los muy malos números del desempeño de la «economía real» ya se traducen en historias de trabajadores de a pie que enfrentan la incertidumbre laboral y despidos, además de la larga trayectoria negativa que se acumula en materia salarial. Este jueves se conoció que la empresa Akapol, que fabrica los productos Voligoma, La Gotita, Poxipol, Poxilina, Poxi-Ran y Fastix, suspendió por 60 días a los 150 empleados de su fábrica ubicada en Zelaya, en la zona norte de la provincia de Buenos Aires.

Ante el desplome de las ventas y la consiguiente acumulación de stocks, la empresa decidió parar completamente la producción y pagar sólo una parte de los salarios de sus trabajadores. En la planta solo queda «personal fuera de convenio y de despacho». La fábrica que ahora entra en régimen de suspensión data de 1972.

Panic Show

Akapol ya es parte de unas cuantas grandes empresas que están aplicando fuertes suspensiones de cara al actual contexto depresivo de la economía nacional. Una de ellas es la histórica FV, fabricante de griferías. En ese caso, el esquema de suspensiones consta de 26 días con el cobro del 80 por ciento del salario para los trabajadores afectados. “Se están vendiendo entre 3 y 5 toneladas diarias, cuando tenés para fabricar 15″, explicó días atrás Mariano Hessling, delegado del sindicato de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). La medida afecta a 740 operarios del área de producción.

Otro caso saliente es el de la firma de electrodomésticos Whirlpool, que despidió a 60 trabajadores de su planta de Pilar y además despliega un plan de suspensiones. En relación a esa decisión, Juan Carlos Puente, presidente de la firma para la región, describió que «desde la devaluación de diciembre, cayó significativamente la demanda de línea blanca. Por eso, estamos yendo de dos a un turno en Pilar. Sorprendió el tamaño y lo prolongado del decrecimiento, nos preparamos para un panorama y la realidad fue otra en el primer cuatrimestre”.

Más ejemplos. Fate, una de las tres fábricas que producen neumáticos en la Argentina, anunció el despido de 97 empleados; mientras que el grupo Arcelor Mittal, dueño de Acindar, paralizó por segunda vez este año su planta de Villa Constitución. “Hace 20 años que trabajo en esta empresa y nunca vi un parate de estas características”, graficó indicó Pablo González, secretario general de la UOM Villa Constitución.

Esta semana también se conoció la situación de la fábrica textil Textilcom, que confirmó el cierre de su planta de Catamarca, medida que deja sin empleo a 134 trabajadores. «La empresa está cerrando por falta de los pedidos de los clientes. Lamentablemente, la falta de venta nos está matando, y este es el resultado de la economía actual del país«, aseguróJorge Roldán, gerente de la fábrica textil.

En tanto, la multinacional PepsiCo confirmó el despido de 36 de sus 400 trabajadores de su planta Mar del Plata, al tiempo que las automotrices General Motors, Toyota y Renault avanzan con planes de retiros voluntarios.

Para peor, las pocas iniciativas que presenta el gobierno libertario en materia laboral e industrial podrían incluso agravar el panorama. Por un lado, el RIGI planteado en la Ley BASES, según advierten los propios empresarios, implica un perjuicio para la industria nacional frente a las importaciones; por el otro, la flexibilización laboral que se pretende aprobar, en semejante contexto recesivo, podría disparar los despidos.

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