El sábado 7 de marzo del 2021 será una fecha grabada a fuego en Estudiantes de La Plata. No por la goleada 5-0 contra Arsenal en Sarandí, sino porque hizo su debut profesional Deian Verón, el hijo de la Brujita y el nieto de la Bruja. El juvenil de 20 años comenzó su carrera y se ilusiona con formar su propio camino, siguiendo las huellas de papá Juan Sebastián (ídolo máximo y actual presidente del club) y el abuelo Juan Ramón (otro emblema y campeón del Mundo en el León).

La Bruja mayor jugó como delantero, y se caracterizó por su habilidad y capacidad goleadora. En el club platense tuvo su estreno en diciembre de 1962 y, entre algunos pasos por el exterior en Panathinaikos (Grecia), Júnior y Cúcuta (Colombia); tuvo tres ciclos en la entidad donde de sus amores. Con la roja y blanca a bastones ganó cinco títulos (tres Libertadores y una Intercontinental al Manchester United). Su descendiente comenzó su galardonada trayectoria en 1993.

Destacadísimo volante creativo del fútbol argentino -y la Selección-, Juan Sebastián pasó por Boca, Parma, Sampdoria, Lazio, Inter, United y Chelsea, pero los colores del Pincha siempre le tiraron para volver y conquistar, entre otras cosas, el ascenso en 1993 y la Libertadores del 2009. Una institución dentro de otra. Ahora el que tiene la pelota y deberá marcar su legado es Deian, que tras su presentación en Primera comentó que «es una emoción enorme. Ahora es una nueva historia, que pueda dejar el apellido en lo más alto. La dinastía sigue».

Ahora bien, el clan Verón (al que habría que sumarle a Iani, el hermano del pope que fue campeón del Apertura 2006 con el León) no es el primero en la historia del fútbol y hubo otros antecedentes de familias que dejaron su marca en el deporte. Por caso uno de los más conocidos de tres generaciones seguidas son los Maldini. Se extendió ese linaje cuando Daniel jugó su primer partido en el Milan, el 2 de febrero del 2020.

El mediocampista italiano es el hijo de Paolo, histórico defensor del Rossonero y a la vez nieto de Cesare, otra bandera del cuadro milanés. Su abuelo disputó un total de 412 partidos en 12 años con la casaca rojinegra, en los cuales ganó cinco trofeos, entre ellos la primera Copa de Europa de la institución. En enero de 1985 debutó Paolo, quien jugó en el club hasta su retiro en 2009. Fueron 901 juegos, con 33 goles y ¡26 vueltas olímpicas! (solamente le aportó cinco Champions, dos Intercontinentales y un Mundial de Clubes).

Cesaro, Paolo y Daniel Maldini, parte de la historia del Milan.

Cesaro, Paolo y Daniel Maldini, parte de la historia del Milan.

También fue muy relevante la historia de los Forlán. Diego, ex delantero y figura de Peñarol, Independiente, Atlético Madrid, Inter y la selección charrúa; tiene una tradición de futbolistas en su familia. Su padre, Pablo, fue un importante defensor del Manya en los 60, y su abuelo, Juan Carlos Corazzo, se destacó como mediocampista del Rojo de Avellaneda en la década de 1930.

Cachavacha y otra familia con mucha historia en el fútbol sudamericano.

Cachavacha y otra familia con mucha historia en el fútbol sudamericano.

Dentro de España es muy admirada la casta Alonso. Marcos Alonso Imaz, más conocido como Marquitos, ganó cinco veces la Copa de Europa con el Real Madrid entre 1955 y 1960. Fue fichado por el mismísimo Santiago Bernabéu y entre otras leyendas, jugó junto a Alfredo Di Stéfano y Ferenc Puskás. Su hijo es Marcos Alonso Peña, ex jugador, técnico y actual comentarista deportivo. A diferencia de su padre, brilló lejos del Merengue, defendiendo los colores del Barcelona y Atlético Madrid. A esta estirpe se le sumó Marcos Alonso Mendoza, lateral izquierdo que se desempeña en el Chelsea.

Los Alonso, un apellido común, pero con una familia de mucho andar en el fútbol español.

Los Alonso, un apellido común, pero con una familia de mucho andar en el fútbol español.

De este lado del Atlántico se puede mencionar a uno de los mejores jugadores de la historia como Pelé. O Rei, que la rompió en Santos -donde se jactan que hizo más de mil goles-, tuvo una travesía por el New York Cosmos y ganó los Mundiales de Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970; es el hijo de Dondinho, quien se destacó como delantero del Atlético Mineiro. Luego de una carrera tormentosa de su heredero Edinho (era arquero y estuvo en la cárcel), le llegó la oportunidad a Joshua Arantes do Nascimento, el séptimo retoño de Pelé (con una diferencia de edad con su progenitor que es superior a los 50 años). Joshua debutó como profesional del Peixe en 2014.

Pelé con su hijo Edinho, un ex arquero.

Pelé con su hijo Edinho, un ex arquero.

En México también pueden presumir de una historia similar. Chicharito Hernández, delantero surgido de Guadalajara que pasó por el Real Madrid, Manchester United, West Ham, Sevilla y Leverkusen; actualmente transita su carrera en LA Galaxy de la MLS, pero su padre y abuelo también fueron jugadores. Javier Hernández Gutiérrez, se desempeñó en el futbol mexicano (Tecos, Puebla, Monarcas y Atlas) y disputó México 1986 con la Tri. Conocido en tierras aztecas como el Chícharo, fue descendiente de Tomás Balcázar, otro atacante histórico de las Chivas. Jugó la Copa del Mundo de 1954 y su nieto Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018.

Chicharito y su abuelo Tomás Balcázar en Chivas.

Chicharito y su abuelo Tomás Balcázar en Chivas.

En los Países Bajos el apellido Kluivert significa más que una leyenda y el legado también se extendió tres generaciones. Kenneth se desempeñó como extremo izquierdo del S.V. Robinhood y su hijo, Patrick, fue todo un emblema del Barcelona y en el Ajax. El talentoso ex delantero le dio una Champions al cuadro de Ámsterdam en 1995 y ahora mira cómo desarrolla su carrera su descendiente Justin, de 21 años que es parte de la Roma, pero recientemente fue cedido a préstamo al Leipzig de Alemania.

Justin y Patrick siguieron la vocación de Kenneth Kluivert.

Justin y Patrick siguieron la vocación de Kenneth Kluivert.

Entre tantos otros casos, esos sembraron una semilla más que importante en la disciplina con familias de tres generaciones de futbolistas que llegaron a la élite. Cabe señalar que en esta particular costumbre, después hay muchas más situaciones que conllevan solo dos etapas generacionales.

(Olé.com.ar)

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